¿Por qué la gente con gafas tiene menos riesgo de contraer coronavirus?
Un nuevo estudio publicado en la revista JAMA Ophthalmology señala que las personas que utilizan gafas tienen menos probabilidades de contagiarse coronavirus.
Las mascarillas forman parte de nuestro día a día y se han convertido en un elemento indispensable no solo a la hora de salir a la calle, sino también para relacionarnos en el trabajo, hacer la compra o viajar en transporte público. Así, las personas que utilizan gafas se han encontrado con un handicap: el empañamiento de los cristales por culpa del vaho que se cuela a través de la mascarilla. Sin embargo, una investigación asegura que estas personas también corren menos riesgos a la hora de contagiarse del virus.
Un estudio publicado en la revista JAMA Ophthalmology, que recoge el diario The Telegraph, señala que las personas que utilizan gafas tienen menos probabilidades de contraer el COVID-19, ya que de entrada se tocan o frotan los ojos con mucha menos frecuencia que los que no utilizan lentes. Con el uso de las gafas se reducen también las veces que se tocan la cara, la nariz y la boca, lo que disminuye la posibilidad de contraer el virus.
Para llegar a esta conclusión, los expertos estudiaron a 304 personas -223 hombres y 81 mujeres- que estaban hospitalizadas en un hospital al norte de la India, entre el 26 de agosto y el 8 de septiembre. Sus edades comprendían entre los 10 y los 80 años y todos ellos presentaban los síntomas conocidos del COVID-19. De estos, el 19% aseguró que utilizaba gafas la mayor parte del tiempo.
"Un individuo tiene el hábito de tocarse la cara un promedio de 23 veces en una hora y sus ojos un promedio de tres veces por hora", señala el estudio, que mantiene que "el riesgo de Covid-19 era aproximadamente dos o tres veces menor en la población que usa gafas que en la población que no los usa".
El coronavirus se transmite por aerosoles, es decir, a través del aire, pero el riesgo aumenta cuando hay suficientes partículas de virus en nuestras manos. Si no nos higienizamos o lavamos bien y luego nos tocamos los ojos, la nariz o la boca, el riesgo de transmisión se incrementa considerablemente.
"Tocarse y frotarse los ojos con las manos contaminadas puede ser una vía importante de infección", afirma el estudio, que asegura que "el uso prolongado de gafas evita que los que las llevan se toquen y froten numerosas veces".