Alicia Keys inunda de emoción y baile el Teatro Real de Madrid
Apenas cincuenta minutos de actuación y tan sólo diez canciones, más que suficiente cuando se trata de la portentosa voz de Alicia Keys, que hizo estallar de júbilo a un auditorio que acompañó todas y cada una de las canciones propuestas por la artista nacida en Nueva York. Pero no todo fueron sonrisas y diversión, ya que un par de centenares de personas se quedaron sin entrada y sus protestas, en la puerta del teatro, llegaron a tal extremo que la Policía Municipal tuvo que intervenir para evitar males mayores.
Como toda diva que se precie, Keys hizo esperar a su público, que durante la media hora de retraso se dedicó a descubrir los muchos rostros famosos que no quisieron perderse un espectáculo pleno de música, baile y emoción: Raúl, Iker Casillas, Sara Carbonero, Paz Vega y Cristiano Ronaldo, entre otros. Atronó la percusión, un sonido duro y envolvente recorrió el patio de butacas, escaló hasta los palcos superiores y regresó al escenario, donde Keys surgió de entre las sombras para desear "buenas noches" en castellano a la audiencia reunida.
"Hay algo que os quiero decir: muchísimas gracias por estar aquí", saludó la intérprete a sus seguidores antes de atacar la versión que hace de Empire State of mind (Part II), un bello y sentido homenaje a su ciudad natal compuesto por el rapero Jay-Z. La vocalista, de 28 años de edad, dirigió las palmas del gentío al ritmo del merengue caribeño con el que arrancó Karma, seguida de los pasitos de baile y el emocionante final 'a capella' con los que adornó su interpretación de You don't know my name. Ataviada con pantalones negros y un vestido de lentejuelas plateadas, Alicia Keys se subió a un taburete para remarcar la intimidad de Try sleeping with a broken heart, que enlazó con la melancolía de Distance & time.
La banda de acompañamiento se afanó en construir un poderoso y contundente muro de sonido, mientras que Keys lo sobrevolaba sin apuros gracias a su apasionado chorro vocal. El respetable aplaudió enfervorizado cuando sonaron los primeros acordes de Fallin', un ejercicio de neo-soul que, publicado en su primer disco, proporcionó a Keys el estrellato internacional y un buen puñado de premios a su capacidad artística. Tras solicitar la ayuda del público para No one y atreverse con el castellano en If I ain't got you, la cantante regaló los instantes más carismáticos de la velada.
"Las primeras veces son muy especiales, como tener mi voz en un lugar como éste o cantar la canción que viene a continuación, y para la que voy a contar con alguien maravilloso", deslizó Keys, mientras el público ya se olía la tostada, antes de dar entrada a Alejandro Sanz. Juntos sobre el escenario, Keys y Sanz se gustaron a dúo en la interpretación de Looking for paradise, sencillo del último disco publicado por el madrileño y para el que contó con la colaboración de la protagonista de la velada.
Tras una cerrada ovación de dos minutos, Alicia Keys clausuró el que, por el momento, será su único recital en Madrid a lo largo de 2010, ya que la cantante regresará a España para actuar el próximo 2 de junio en el Palau Sant Jordi de Barcelona.