Adriana Ugarte cuenta que una red de prostitución quiso captarla
Adriana Ugarte cuenta que una red de prostitución quiso captarla cuando solo tenía 19 años. Aunque en un primer momento no se dio cuenta del objetivo de la propuesta, más tarde entendió de qué se trataba.
Adriana Ugarte estaba en la universidad cuando una red de prostitución intentó captarla. Tenía 19 años y ya había debutado en la pequeña pantalla. En 2002 se estrenó como actriz en la serie Policías, en el corazón de la calle.
La actriz, que empezó a estudiar filosofía y luego se pasó a filología inglesa, estaba en el metro cuando empezó a hablar con un achica.
"Al salir de la Universidad, en el metro, me puse a hablar con una chica", contó este martes en La Noche D.
Adriana Ugarte, que dice que le encanta hablar con la gente que no conoce, se sentó al lado de la joven y siguió hablando. "Me preguntó qué edad tenía, si estudiaba, si tenía novio…", siguió explicando la actriz a la que esas preguntas le parecieron inocentes. De hecho, toda la conversación le pareció inocente y fueron sus padres quienes le abrieron los ojos.
El trabajo que tenían para Adriana Ugarte
La joven con la que habló Adriana Ugarte le hizo entonces una sugerencia. "Conozco a un chico que es muy majo y le gustaría mucho ir a cenar una vez a la semana y que os fuerais de fin de semana rural, como tres días", le propuso. La actriz tampoco se dio cuenta en ese momento.
"Cuando llegué a casa y se lo conté a mis padres, me lo dijeron: prostitución de lujo, de jovencitas y estudiantes", explicó en el programa de Eva Soriano.
Adriana Ugarte y la prostitución
Esta es la primera vez que Adriana Ugarte habla del tema, aunque no de la prostitución.
La actriz da vida a una prostituta en la serie Hache y, para meterse en el papel, en 2019 colaboró con una asociación de prostitutas que le desmontó todos sus prejuicios respecto a la profesión.
"Me permitieron conocer la prostitución desde un lado menos apocado y menos compasivo, de forma más campechana", contó a El País.
"Son mujeres que buscan la integración social, estar protegidas y ser unas ciudadanas más que cotizan. Yo no me veo capacitada, pero no me parece un trabajo desdeñable, sucio u oscuro. Cuando hay explotación, abuso o menores de edad sí es sórdido porque hay manipulación y dolor, pero si está ejercida con libertad, maravilla. No es un trabajo agradable, se acuestan con tíos que no siempre las tratan bien, pero mi personaje no se siente sucia, culpable o menos digna por ejercer la prostitución. No hay victimismo y eso me mola mucho de ella".