“A la mujer que me dijo que estaba estupenda en bikini”, una joven muestra las consecuencias de su enfermedad
Sara Gebert, que padece una enfermedad crónica, ha publicado una carta de agradecimiento a una mujer que se le acercó en la playa al verla en bikini. La joven de 20 años sufre obstrucción intestinal crónica y gastroparesis, por lo que lleva un tubo en el estómago que provoca rechazo en muchas personas.
En 2013 Sara Gebert acudió al hospital porque vomitaba rápidamente todo lo que comía y le diagnosticaron obstrucción intestinal crónica y gastroparesis. Esta enfermedad le obliga a llevar un tubo que le sale del estómago y lleva varias bolsas de drenaje colgando de su vientre, lo que ha provocado que muchas personas le miren con rechazo.
Aunque el rechazo es algo que entristecía a esta joven de 20 años, decidió ir a la playa en bikini, mostrando su sistema de drenaje. Cuando una chica llamada Amanda Jonas se acercó a ella, Sara pensaba que le diría algo desagradable sobre su barriga, pero se llevó una agradable sorpresa y por eso quiso darle las gracias con una extensa carta explicando cómo se sentía:
"A la mujer en la playa que me agradeció por verme tan bien en bikini.
No sé si para ti fue fácil acercarte a mí en la playa, pero para mí es muy difícil hablar con extraños. Pero tú te acercaste a mí irradiando tanta confianza en ti misma que nadie hubiera pensando que nos sentíamos mal con nosotras mismas, especialmente si es algo que me cuesta tanto hacer. Tú me viste como soy realmente: una chica asustada que intenta que nadie vea lo asustada que está. No sé si ese es el motivo por el cual te acercaste, pero quiero darte las gracias.
Vivir con una enfermedad crónica no es nada fácil, y se vuelve incluso más difícil si esta cambia tu apariencia exterior tanto como la mía. Cuando estoy vestida, nadie diría que no soy “normal”, pero en la playa es totalmente distinto. Todo el mundo está a la vista de todos en la playa, pero yo tengo que dejar literalmente que todo “cuelgue”.
Tengo una ileostomía, una sonda gástrica y otra yeyunal; algo que no se ve todos los días. Yo estoy acostumbrada a ellas, para mí es normal. Pero, para los demás parezco salida de una película de ciencia ficción. Tú me viste como una persona; no te quedaste mirando mis sondas, me miraste a los ojos. Y después me diste las gracias. No sé si te diste cuenta pero me quedé muy sorprendida. Ha habido gente que se ha acercado, me ha llamado “asquerosa” o me ha preguntando: “¿vas así de verdad a la piscina?”.
Y cuando te acercaste a mí, me esperaba algo de ese estilo. Pero, lo que ocurrió a continuación me dejó sin palabras. Me diste las gracias por llevar bikini, me contaste que también solías tener una ileostomía, y que ya no tienes intestino grueso. Me dijiste que era una inspiración para la gente. Y eso significó mucho para mi.
Cuando hice la maleta para ese viaje, me torturé durante horas pensando en qué bikinis llevar. La verdad es que me traje todos los que tengo,y también dinero para comprarme uno nuevo, porque pensé que ninguno de los míos lo escondía todo.
Finalmente esa mañana decidí ponerme el bikini como si no tuviera nada extra en mi cuerpo. Estaba muy nerviosa. Todas las adolescentes tenemos problemas de autoestima con respecto a nuestro cuerpo, pero desde que me hicieron la ostomía, estos se multiplicaron por 100. Llevábamos muy poco tiempo en la playa y ya me estaba sintiendo rara, pensando que todo el mundo estaría mirando mi ostomía. Pero, después de hablar contigo unos minutos, todas mis preocupaciones desaparecieron. En ese momento me di cuenta que el único problema que tuve con respecto a mis bikinis fue que había metido demasiados en la maleta y no los iba a necesitar.
Así que gracias. Gracias por devolverme la fe en la bondad de las personas. Gracias por hacerme sentir bien con mi cuerpo. Y gracias por darme la confianza para disfrutar de mis vacaciones al máximo".