Cuando Tamara Falcó quiso ser monja
La lectura de la Biblia supuso un antes y un después en la vida de Tamara Falcó. Su entrega fue tan profunda que incluso llegó a plantearse entregar su vida a Dios e ingresar en un convento. Y, aunque alejada ya esa idea, la religión sigue siendo fundamental en su vida, creencias que ahora comparte con su prometido, Íñigo Onieva, con el que se casa este sábado 8 de julio.
Cómo y cuándo empezaron Tamara Falcó e Íñigo Onieva: la relación en 15 fechas clave
Tamara Falcó es empresaria hostelera, wedding planner, chef, diseñadora e inspiradora de católicos. Sí, la marquesa de Griñón es prescriptora espiritual y se ha convertido en una de las figuras más influyentes de la iglesia para cientos de personas que viven su fe como lo hace ella.
Hace unos días, se conoció la historia de Mihaela María Rodríguez, una monja de 29 años que acaba de ingresar en el Monasterio de Santa Ana de Murcia, inspirada por las palabras y el estilo de vida de Tamara Falcó. La seguía en todas sus redes sociales y su madre le contó que la celebrity había ido a un retiro. Entonces quiso imitarla, convivió con una comunidad de monjas dominicas durante 15 días y tomó la decisión.
La propia Tamara confesó en su momento que ella también llegó a plantearse entregar su vida a Dios y vestir los hábitos. Unas declaraciones que causaron gran impacto y que ella misma se vio obligada a aclarar.
Incluso su madre, Isabel Preysler, habló de la vocación religiosa de su hija en una entrevista. La reina del glamour siempre la apoyó y, aunque no lo aprobaba, se ofreció a acompañarla a algún convento para confirmar que era cierto lo que sentía.
Mientras que se debatía públicamente la intención de la hija de Isabel Preysler de ser monja, Tamara Falcó aparecía en actos sociales siguiendo los pasos de su madre como imagen de algunas marcas. Fue en una presentación de la firma de joyería Follie Follie donde dio por zanjados los rumores. “Si es por ahí por donde me llama el Señor, bien, pero por ahora no me meto a monja. Aunque me encanta haber encontrado refugio en Cristo y soy muy feliz, confesó ante los medios.
En 2018, Tamara fue la invitada de Mi casa es la tuyay habló de su conversión a la fe católica y de cómo y por qué llegó a plantearse retirarse en una orden años atrás. "Cuando supe que el demonio existía pensé 'dónde es el sitio donde va a haber menos", explicó a Bertín Osboner y confirmó que, efectivamente, visitó varios conventos, pensando que en algún instante escucharía la llamada de Dios.
Así descubrió a Dios
Tamara reconoce que ella no creció en un ambiente religioso, influenciada por el ateísmo del ‘tío Miguel’, el exministro socialista que fue el tercer marido de su madre y padre de su hermana Ana Boyer. La única que llevaba una vida católica era su abuela, la madre de Isabel Preysler, que ‘regalaba misas’.
En 2011, cuando su padre, Carlos Falcó, se separó de su tercera mujer, Fátima de la Cierva, le pidió a Tamara que se fuese a pasar un par de semanas a la finca con él. Allí, contó ella, poco tenía que hacer, así que se fue a La Casa del Libro a comprar lectura. Fue entonces cuando una Biblia llamó su atención, especialmente por la palmera de su portada: “Tamara quiere decir palmera y me puse a hojearla”. Y de hojearla pasó a leerla, en algunos momentos a escondidas, mientras estuvo allí con su padre.
Ahora recurre a las sagradas escrituras cada vez que tiene un problema, “y se lo soluciona”. Además, reza el rosario, acude a convivencias marianas, hace retiros espirituales, va a misa a diario —la hemos visto acudir incluso con Íñigo Onieva— y recibe a diario los Evangelios por correo electrónico.
Su refugio en los malos momentos
"Estoy contenta porque confío en Dios, si esto ha pasado será por algo y esto solamente puede ir para bien”. Esta fue una de las primeras reflexiones que hizo la influencer cuando su primer compromiso con Íñigo Onieva saltó por los aires al descubrirse la infidelidad de su prometido.
En ese momento, su fe fue su particular refugio: solo unos días después de la ruptura puso tierra de por medio y viajó a México para participar en el Congreso Mundial de las Familias, promovido por una organización internacional cristiana. En ese encuentro hizo unas declaraciones que no sentaron nada bien entre el colectivo LGTBIQ+ y por las que tuvo que pedir perdón.
Días después de su regreso del continente americano, unas fotos de Tamara en la portada de su revista de cabecera hicieron saltar todas las alarmas: ¿vestida de monja? ¿Eso era lo que había decidido tras la dolorosa ruptura con Íñigo Onieva? Pero no, la hija de Isabel Preysler no vestía un hábito sino el uniforme de dama hospitalaria, obligatorio los voluntarios de la Hospitalidad de la Virgen de Lourdes de Madrid con quien había viajado al santuario.
La espiritualidad cristiana de Tamara también jugó un importante papel en el proceso de reconquista de Íñigo Onieva: tras la ruptura peregrinó a Santiago de Compostela, como muestra de su amor y de su arrepentimiento hacia su prometida. Sin embargo, el gesto definitivo fue la disposición de su novio para acompañarla a la Misa del Gallo la noche de Nochebuena.
La reconciliación entonces fue una realidad y este 8 de julio, ante Dios, Tamara Falcó e Íñigo Onieva se darán el sí quiero cumpliendo así el sacramento del matrimonio, “lo más importante” para ella.