El curioso vicio de Serrat: "Mi mujer me los tiene que esconder"
La entrevista de Joan Manuel Serrat este lunes en El Hormiguero ha estado cargada de confesiones. El cantante catalán habló de los motivos de su adiós a los escenarios, de los vicios de Joaquín Sabina y también de su más curiosa y reciente afición.
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Fue una entrevista llena de confesiones. El paso de Joan Manuel Serratpor El Hormiguero dio piel al artista a hablar de su gira despedida, que arranca en abril en Nueva York, de su inquebrantable amistad con Joaquín Sabina y también de una de sus aficiones más curiosas. De un tiempo a esta parte le gusta hacerse PCRs.
"Me los hago yo a mí mismo", le dijo a Pablo Motos, que sabía del vicio del cantante. "Mi mujer me los tiene que esconder las cajitas de PCR para que no los use. Confieso que el primero me molestó, pero luego le empecé a tomar el gusto y ahora lo que ocurre es que no encuentro de mi medida”, añadió ya en tono irónico.
El artista ya había hablado de este vicio en una entrevista con Mercedes Milá en noviembre, cuando los análisis para detectar el coronavirus formaban parte de su rutina. " A mí me encanta. Ya estoy acostumbrado... Noto una cosa. Estoy descubriendo placeres ocultos. La PCR es uno de ellos. ¿No es hermoso cuando te la sacan?", le dijo a la presentadora de Milá vs Milá en tono serio.
Los vicios de Joaquín Sabina
Íntimo amigo de Joaquín Sabina desde hace años, Serrat también habló durante la entrevista de su colega y de los vicios del madrileño, a quien había visto el día anterior.
"Hablamos mucho de Almudena Grandes, que fue parte de su familia y gran amiga, querida y maravillosa escritora lamentablemente perdida", contó Serrat, que contó también qué se bebió en la reunión: "Él se bebió un par de tequilas ajimenados. Ajimenados quiere decir pasados por la mano de su mujer Jimena. Y a mí me sirvió un champán delicioso que compartimos con mi señora [Candela Tiffón] y su señora [Jimena Colorado]... y los gatos, porque en esa casa se vive con gatos".
Serrat contó que en casa de Sabina hay gatos, guitarras y sobre todo libros. "Es un gran lector y un gran amante del libro", añadió. "Y tiene cosas muy bonitas de pintores amigos, la mayoría, y todo lo que ha ido rescatando del mundo en sus viajes".
"Cada vez que salíamos de viaje, los libreros de América cerraban las puertas y se dedicaban a buscar obras para venderle a Joaquín. Y aparecían en el hotel para ofrecerle grandes reliquias".