David Summers explica por qué el sexo le "salvó de la muerte"
El líder de Hombres G hace introspección sobre los 40 años que lleva ya sobre los escenarios en una entrevista en la que mantiene que convertirse en un sex symbol le salvó de caer en el abismo de las adicciones y los excesos.
40 años sobre los escenarios es más de media vida, la que llevan David Summers y los integrantes de Hombres G haciendo música. Aunque ahora lucen canas, no cabe duda de que su irrupción en la movida de los 80 los convirtió en verdaderos ídolos.
El fenómeno fan que despertaron los artífies de Chica Cocodrilo es incomparable a cualquier éxito actual, ya que las modas han evolucionado y con ellas la manera de expresar esa idolatría casi irracional. Ahora las redes están llenas de seguidores y 'me gusta' y antes las primeras filas de los conciertos se llenaban de jóvenes dispuestas a conquistar a su adorado cantante.
De la noche a la mañana, los Hombres G pasaron de ser unos chicos de barrio normales y corrientes a un grupo de sex symbols. Su afán no era ser conocidos, sino ligar y descubrir el mundo femenino. Así lo reconoce David Summers en una entrevista para El Mundo.
"El primer y único objetivo de todos los artistas cuando empiezan es ligar. Conocer chicas y ligar. Para eso montamos nosotros el grupo y funcionó de maravilla: nos puso las cosas mucho más fáciles. Mucho, mucho más fáciles. Del dicho de "sexo, drogas y rock and roll", Hombres G quitamos las drogas y metimos más sexo: era sexo, sexo y rock and roll. Y rock and roll ya al final, sólo si nos sobraba tiempo. En realidad, el sexo me salvó de la muerte", asegura el vocalista en un impulso de sinceridad y orgullo, sabedor de que las adicciones y los excesos han terminado con la carrera de muchos artistas con más o menos talento.
Prefirieron aislarse en la burbuja de la seducción y aprovechar su poder como líderes rockeros para que la cama se convirtiese en su discoteca de confianza. "Estábamos tan entretenidos con tanto sexo que nos mantuvimos al margen de las drogas duras. Hubo puertas que no quisimos abrir nunca, porque sabíamos lo que había detrás, y eso nos ha servido para estar aquí hoy, en perfecto estado de salud y tan contentos. Fue una cordura inexplicable en chavales de 20 años en los años 80", reconoce.
Lo que sí admite que ha cambiado es el fanatismo sin medida, aunque por sus palabras bien se hubiese quedado en las costumbres de hace 40 años. Le siguen tirando sujetadores al escenario pero lamenta que ya no es como antaño. "Me hace muchísima ilusión. Lo que pasa que antes era más bonito, porque veías a la tía cómo se lo quitaba ahí y te lo tiraba. Ahora lo traen de casa en una bolsa y se dejan el suyo puesto. No es lo mismo", explica.
"Iría a Qatar por pasta"
En la conversación, David Summers asegura que nunca entendió la fama de "pijos" que se les atribuyó cuando ni en su vestuario ni en su show había nada del otro mundo más allá de "vaqueros y camisetas de 10 euros".
Sin embargo, aunque mantiene que no ha llevado una vida de lujos y opulencia, sí reconoce que iría a tocar a Qatar con motivo del Mundial de Fútbol y no entiende la "hipocresía" de los que pretenden dar clases de "moral". "Por supuesto que iría, por lo mismo que van ellos a jugar al fútbol y todos los demás: por dinero, por pasta, joder. Pero, nada, todos a dar lecciones", afirma.