El drama de Alberto Ginés tras ganar la medalla de oro en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020
El joven cacereño, que se convirtió en el medallista de oro más joven de España en los Juegos Olímpicos en Tokio 2020, atravesó severas dificultades tras su gran hazaña en la escalada.
Alberto Ginés, más allá de la escalada: su edad, su novia y su éxito en los Juegos Olímpicos
Pase lo que pase en París, el nombre de Alberto Ginés (21) pasará a la historia del mundo del deporte.
En los Juegos Olímpicos de Tokio 2020 se consolidó como uno de los mejores escaladores del mundo, consiguiendo la primera medalla de oro para España en esta disciplina. No era favorito, pero su habilidad para trepar le llevaron al pódium. Tenía solo 18 años y su hazaña le convirtió en el medallista de oro más joven del deporte español.
Con los reconocimientos, vino también el boom mediático. Su cara se volvió reconocible para el público, sus redes sociales se inflaron de nuevos seguidores, quedó al descubierto una faceta personal cercana y cotidiana que se ganó el cariño de la audiencia.
Las luces le iluminaron, pero las sombras no tardaron en llegar. Había logrado lo que llevaba persiguiendo desde que era niño. Comenzó escalando para picarse con su hermana, que lo hacía mejor, y cuando en 2016 descubrió que este deporte se volvería olímpico se trasladó a Centro de Alto Rendimiento de San Cugat (CAR) para formarse. Y lo logró: se llevó el oro.
El bajón tras ganar la medalla de oro en Tokio
No fue fácil gestionar la fama y, sobre todo, las aspiraciones del futuro. Había tocado techo. Así se lo ha contado a Lucas Sáez Bravo en una entrevista para El Mundo.
"Tras Tokio llegó el vacío, la desmotivación. Me había centrado mucho sólo en los Juegos, hice un break en los estudios sólo para entrenar... Fue un cúmulo de cosas. Cuando cumplí el sueño de ganar un oro en los Juegos fue como... 'Tengo 18 años, he cumplido el sueño de mi vida, lo máximo a lo que puedo aspirar y ahora qué hago'", afirma.
Todo el mundo quería una foto con él. Le invitaron a las mejores fiestas, sus ídolos de toda la vida se acercaban para mostrarle admiración... "De repente, estaba en una casa con Ester Expósito o con raperos, con gente que hacía un mes yo era fan o los veía por Youtube. '¿Cómo he llegado hasta aquí en un mes?'. Otro día acabé hablando con Aitana y me dijo que quería ir a escalar...", recuerda.
"Mi día a día es un coñazo"
Poner las cosas en perspectiva y ser consciente de la extensa carrera que le queda por delante le ha ayudado a encontrar el equilibrio para centrarse y seguir entrenando, sin grandes celebraciones. "La gente se imagina que la vida del deportista es siempre diversión. La mía no. Me levanto a las 7, me hago el desayuno, voy al CAR entrenar, vuelvo a casa, me hago la comida, me echo la siesta, voy al fisio o hago físico y me vuelvo a casa. Si viene algún colega, cenamos y jugamos a la Play. Y si no, estoy solo jugando o viendo una peli. O voy al cine yo solo, que me gusta. Y al día siguiente otra vez", desvela.