La enfermedad que esconde el cambio de look de Jada Pinkett Smith
Jada Pinkett Smith luce con la cabeza rapada desde hace semanas. La actriz de 50 años estrenó nueva imagen este año y ahora ha decidido aclarar el motivo de su cambio de look. Sufre alopecia y desde hace un tiempo es "un poco más difícil de ocultar".
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Jada Pinkett Smith quiere acabar con posibles especulaciones y ha decidido explicar en Instagram el porqué de su cambio de imagen. La actriz de 50 años luce ahora con la cabeza rapada y la razón es que desde hace un tiempo le resulta "un poco más difícil de ocultar" su problema de alopecia.
En un vídeo compartido en Instagram, la intérprete muestra una zona de la cabeza en la que ya no le crece pelo y que tiene aspecto de cicatriz. "Todos saben que he estado luchando contra la alopecia y, de repente, un día, mirad esta línea de aquí", dice la mujer de Will Smith.
La actriz, que ya compartió en 2018 que sufre alopecia, ha querido publicar el vídeo para que nadie piense que ha tenido que someterse a una cirugía del cerebro. "He pensado en compartirlo para que no me hagan preguntas", asegura la actriz que está decidida a convertirse en amiga de su alopecia.
"Ahora, en este punto, solo me puedo reír", dice la intérprete, que no duda en bromear sobre sus futuros cambios de imagen. "Voy a poner algunos diamantes y a hacerme una corona".
Un trastorno autoinmune
Jada Pinkett Smith ya había hablado antes de sus problemas de alopecia. En concreto, lo hizo en 2018 cuando apareció por primera vez con turbante. "Estoy lidiando con algunos problemas de pérdida de cabello", dijo entonces en su programa Red Table Talk.
"Fue terrorífico cuando comenzó. Un día estaba en la ducha y de repente tenía en mis manos mechones enteros de pelo que se estaban cayendo. Fue uno de esos momentos en mi vida en los que me quedé literalmente temblando de miedo", se sinceró la actriz, para la que no fue fácil asumir esta situación.
El motivo de esta pérdida es una enfermedad autoinmune, catalogada dentro de las enfermedades raras, que según contó ella misma no afecta a su bienestar físico pero sí puede afectar al estado de ánimo. Al fin y al cabo, esta situación le ha obligado a aprender a vivir con una nueva imagen. "Mi pelo siempre fue una gran parte de mí. Cuidarlo era un hermoso ritual. Siempre tuve la opción de tener pelo o no y un día, de repente, ya no la tenía más".