Íñigo Onieva pide perdón a la familia de Tamara Falcó en su discurso de boda
Primero se dieron el "sí, quiero", luego cenaron junto a sus 400 invitados y, antes de salir a bailar, Íñigo Onieva agarró el micrófono para dedicar unas bonitas palabras a su ya mujer Tamara Falcó. El novio le declaró su amor y pidió perdón a su familia política por el daño causado con sus infidelidades.
La foto y todos los detalles del vestido de novia de Tamara Falcó
Íñigo Onieva quiso aprovechar su discurso de boda para volver a pedir perdón a la familia de Tamara Falcó.
El empresario y ya marido cogió el micrófono tras la cena —justo después de que hablase su cuñado Manolo Falcó, padrino de la boda— para dedicarle un bonito mensaje a su recién estrenada mujer.
Antes de dirigirse a la marquesa de Griñón, Íñigo habló a su familia y a su familia política, a las que quiso dar gracias por el difícil camino que ha recorrido —"no ha sido un camino de rosas"— hasta llegar a este momento, en que por fin ha podido contraer matrimonio con su pareja de casi tres años, Tamara Falcó.Durante los últimos meses, Onieva ha recibido el apoyo y cariño de ambas familias, sin los que no habría podido seguir: "habéis sido mi gasolina", dijo a su madre, su padre y sus dos hermanos, su principal apoyo cuando se anunció el fin del primer compromiso de boda con Tamara Falcó tras hacerse pública la infidelidad del joven.
Siguió con un mensaje para la familia de Tamara, en el que hacía referencia a una conversación que tuvo lugar el día de la pedida, donde dieron puerta al pasado y sellaron juntos la promesa de mirar juntos al futuro.
Sin embargo, aunque el ya marido de la hija de Griñón ha sido perdonado por su pareja y su familia, no quiso desaprovechar la oportunidad de volver a disculparse con su familia política, delante de todos los asistentes, por haberles hecho sufrir por sus errores. El empresario admitió que no podría perdonárselo y que les compensaría "cada día" de su vida.
Las palabras de Íñigo Onieva a Tamara Falcó
El novio dedicó este momento de protagonismo, en el que la mirada de los 400 invitados se dirigieron a él, para entonar el mea culpa y también para proclamar su amor a Tamara Falcó.
Después de dedicar unas palabras de agradecimiento a amigos y —ambas— familias, Íñigo quiso dirigirse directamente a su nueva esposa, a quien quería dar las gracias por encima de todo. "Eres magia", se declaró, dudando de si merecía tener un regalo de Dios tan grande como ella, respecto a la que ni siquiera se imaginaba cómo estar a la altura.
Íñigo se deshizo en halagos hacia Tamara y le agradeció lo que había hecho por él a nivel personal. Destacó la eterna admiración que sentía por ella, "en todos los sentidos". Quiso darle el lugar que merece alegando que cualquier proyecto profesional en el que se involucra "se convierte en éxito", y también el que ocupa en su corazón. El novio quiso hacerle saber a su mujer el poder que tiene para sacar la mejor versión de él mismo y la cantidad de cosas que le ha enseñado durante sus tres años de relación, con una especial mención a la honestidad, el valor del perdón y el amor.
El novio recordó cada uno de los valores de su mujer —"paz, serenidad, estabilidad, equilibrio, amor"— y acabó su discurso recordando a Carlos Falcó, marqués de Griñón, al que no tuvo el placer de conocer, pero del que estaría seguro que estaría feliz de ver lo radiante que está su hija. A él es a quien quiso homenajear en el brindis, en el que brindó por el padre de su esposa, por Tamara, por todos los invitados y "por España y por el Rey. ¡Viva!".
El recadito del hermano de Tamara Falcó a Íñigo Onieva
Antes del discurso del novio, fue el discurso del padrino, Manolo Falcó. El hermano de Tamara Falcó le dedicó un mensaje a su nuevo cuñado antes de cederle el micrófono.
El padrino hizo referencia al día tan importante que estaban viviendo y a su experiencia contrayendo matrimonio, explicando que tardó "mucho" en casarse. Después, se dirigió a Íñigo para hablar sobre el perdón y el compromiso que supone el matrimonio.
Tras los dos discursos, llegó el momento de los ramos. Hubo siete, que Tamara repartió entre sus invitados.