Investigada una segunda celebridad por la muerte de Matthew Perry
Nos hacíamos eco hace dos semanas que la muerte de Matthew Perry podría implicar a varias personas como responsables de hacerle llegar la ketamina. El primer nombre que se conoció fue el de Brooke Mueller, exmujer de Charlie Sheen
Matthew Perry murió el pasado 28 de octubre debido a una sobredosis de ketamina, como apuntó la sentencia. El actor se encontraba en el jacuzzi de su domicilio en Los Ángeles cuando le dio un paro cardíaco, lo que provocó que su asistente llamara a la policía al no poder contactar con él.
A los meses, la Oficina del Forense dictaminó que el motivo había sido la muertede manera accidental por "los efectos agudos de la ketamina", un anestésico con propiedades psicodélicas que se ha usado en distintos centros hospitalarios y que el ahogamiento no fue más que un factor secundario.
Todo cambió hace dos semanas, cuando la revista People publicó que "varias personas" estaban siendo investigadas y podrían llegar a ser acusadas por su fallecimiento. El objetivo es localizar a la persona que pudo suministrar una cantidad tan grande de ketamina.
La primera celebridad cuya identidad se filtró fue Brooke Mueller, exmujer de Charlie Sheen. La actriz también se ha enfrentado a problemas de adicciones y conoció a Perry en rehabilitación.
La policía la interrogó en diversas ocasiones, motivo por el que ella contrató a un abogado. Ella reside en un centro de rehabilitación y las autoridades le confiscaron un móvil y un portátil.
La segunda celebridad investigada
Este lunes, las autoridades han empezado a investigar a una segunda mujer famosa como posible responsable, como indica el medio InTouch, sin embargo, todavía no se conoce la identidad de la misma. Según las fuentes, se califica a esta celebridad "farmacia ambulante".
Los federales han encontrado fotografías de ellos juntos en la consulta de un conocido médico que receta ketamina a sus pacientes. La teoría de la policía es que podrían haberse ayudado mutuamente a conseguir la droga cuando se les acababa.
"Si los federales tuvieran los teléfonos de cualquiera de ellos, especialmente el de esta segunda celebridad, porque ella no borra sus mensajes de texto, probablemente encontrarían conversaciones sobre la droga y 'cómo puedo obtener más'", ha apuntado esta fuente al citado medio.