Kanye West asiste encapuchado a San Siro, la última de una larga lista de polémicas

Parece que Kanye West le ha cogido el gusto a asistir a eventos deportivos con una capucha en la cabeza. Tras la Super Bowl celebrada en Las Vegas, donde el artista cubría su rostro con una máscara coronada por una figura de Jesucristo, esta vez ha sido la ciudad de Milán la elegida para lucir complemento.

El rapero ha acudido al encuentro disputado entre el Inter de Milán y el Atlético de Madrid con una capucha muy similar a la que portaba en la Ciudad del Pecado, aunque en este caso sin simbología religiosa.

Una prenda con la que Ye, nombre con el que se ha autobautizado el artista, parece sentirse cómodo a la hora de observar cómo se desarrollan los deportes de equipo, aunque puede que necesite más de una repetición para identificar un fuera de juego.

Esta ha sido la última de las extrenticidades del autor de Vultures, su último álbum en colaboración con Ty Dolla Sign, quien acompañaba al de Chicago en el partido, tras unos años en los que las polémicas alrededor del rapero son constantes.

Declaraciones antisemitas

La penúltima y más sonada de las polémicas de Kanye West han sido sus declaraciones acerca del pueblo judío, al que parece responsabilizar de todos sus males. De hecho, Kanye West ha alegado dificultades para contratar estadios de gran capacidad para sus nuevos espectáculos precisamente por el revuelo causado por sus afirmaciones relacionadas con los judíos, el holocausto y Hitler.

Todo empezó con la suspensión de su cuenta de Instagram en octubre de 2022, cuando tras una serie de comentarios antisemitas, Meta decidió bloquear el perfil del cantante. Un hecho que pareció prender una llama que no se ha apagado con el paso del tiempo. Ya desde un primer momento, Ye implicó al productor Puff Diddy en esta supuesta trama judía para intentar controlar su voluntad.

El siguiente paso del rapero fue revelar en una entrevista con el conspiranoico locutor Alex Jones su fascinación por la Alemania nazi. “Me gusta Hitler”, afirmaba sin complejos el autor de hits como Flashing Lights. Estas declaraciones causaron una gran conmoción en la opinión pública estadounidense, especialmente en la comunidad judía, obligando al rapero a realizar un comunicado de disculpas públicas, que también causaron controversia al estar escritas en hebreo gracias a ChatGPT.

Las sospechas de antisemitismo alrededor de Kanye West volvieron a crecer cuando aparecía con una camiseta del grupo de black metal Burzum, el proyecto del músico neonazi noruego Varg Vikernes y admirador del asesino en masa Andres Breivik. Este no es el único guiño que ha tenido con el autor ultraderechista, ya que en su tema junto a Gucci Mane Pussy Print sampleó la canción de Burzum, Rundgang um die transzendentale säule der singularität.

Otra de las muestras que indican que el autor de Strongerse encuentra cómodo con las polémicas que le relacionan con el nazismo es el empleo de un cuadro de Caspar David Fiedrich, uno de los artistas favoritos de Adolf Hitler, para la imagen promocional de Vultures.

Escándalo en Italia con Bianca Cesori

Hace unos meses se hacían públicas unas imágenes en las que Kanye West y su esposa, Bianca Cesori, mantenían un actitud íntima a bordo de una góndola en Venecia. Los pantalones bajados del rapero y el abrazo a la altura de la cintura por parte de su pareja dejaban poco lugar a la imaginación.

Un exhibicionismo que se sumaba a los looks que la arquitecta había llevado durante el viaje de la matrimonio por territorio italiano, donde las trasparencias eran protagonistas y que podrían acarrear una multa para Cesori de más de 10.000 euros e, incluso, penas de cárcel.

Estos polémicos outfits podrían formar parte del acuerdo matrimonial firmado por la pareja. Según publicó el diario británico Daily Mail, Kanye West obliga a su esposa a "nunca hablar", comer alimentos específicos, vestirse con lo que él le diga y entrenar a pesar de que él no lo haga.

Adidas despide a Kanye West

La colaboración entre la marca deportiva alemana y el rapero era una de las más provechosas a nivel comercial para ambas partes. Tras casi una década de trabajo conjunto y cientos de millones de dólares generados a través de Yeezy, la firma bajo la que se vinculaban Adidas y Kanye West, los de Baviera decidieron poner fin a la relación por las constantes polémicas que envolvían al artista.

“Puedo decir cualquier mierda antisemita que Adidas no puede echarme”, llegó a declarar West. Pues no.

A finales de 2022 Adidas rescindió el contrato que unía a la marca con el rapero después de que consumidores y figuras relevantes de su entorno criticasen el comportamiento del rapero.

Un divorcio que supuso cientos de millones de dólares en pérdidas para la marca y que desbancaron a Kanye West del club de los milmillonarios.

Divorcio con Kim Kardashian

El matrimonio de Kanye West y Kim Kardashian ha generado decenas de horas de contenido durante su relación y tras su divorcio. Ambos hicieron público su noviazgo en 2012, se dieron el sí quiero en 2014 en Florencia y fruto de su unión tuvieron cuatro hijos, dos biológicos (North y Saint) y dos a través de gestación subrogada (Chicago y Psalm).

Sin embargo, en 2021 la relación de la mediática pareja tocaba a su fin y las acusaciones cruzadas se sucedían por semanas. A pesar de que la celebrity intentaba mantener cierta discreción sobre los detalles de la separación, las acusaciones del rapero en redes sociales y espectáculos eran constantes.

De hecho, West no tuvo reparos en airear sus diferencias con que su hija North se abriese un perfil en TikTok o recriminar a Kardashian de prohibirle ir a la fiesta de cumpleaños de uno de sus hijas.

Unas declaraciones que traspasaron todas las líneas cuando Kanye West ánimo a sus seguidores a perseguir al humorista Pete Davidson, ante los rumores de que podrían estar saliendo con su exmujer, o enviar un camión de rosas por San Valentín a la casa de Kim Kardashian cuando ya no estaban juntos, un hecho que muchos calificaron como acoso por parte del artista.

Actividad política

La faceta política de Kanye West es otro de los factores que le sitúan en la picota. En 2020 sorprendía a los estadounidense presentando una candidatura independiente para la presidencia de Estados Unidos, recibiendo un apoyo exiguo por parte de los electores.

Sin embargo, su empeño en participar en la primera línea política se mantuvo en el tiempo, llegando incluso a cenar con el expresidente Donald Trump, al que apoyó públicamente en numerosas ocasiones durante su mandato.

Su vínculo con el discurso trumpista se extiende también a su oposición al movimiento Black Lives Matter, la respuesta ciudadana surgida como respuesta a la muerte de George Floyd, un hombre afroamericano que falleció a manos de un policía por una peligrosa llave de estrangulamiento.

Kanye West llegó a expresar que la muerte de Floyd no tenía nada que ver con la maniobra policial, sino que se debía al abuso de fentanilo, la popular droga que ha causado miles de muertes en Estados Unidos. De hecho, la familia del fallecido se querelló contra el artista y aún se tiene que celebrar el juicio, que podría devenir en una estratosférica indemnización para los familiares.

En línea con el rechazo al Black Lives Matter, Kanye West apareció en la Semana de la Moda de París vestido con una camiseta en la que se podía leer White Lives Matter, un movimiento antagonista relacionado con el supremacismo blanco en EEUU.

El rapero también se situó en la diana de la comunidad negra al afirmar que los 400 años de esclavitud, a los que se vieron sometidos millones de personas en el país, eran “una elección”.