GOY ALA MEJOR ACTOR DE REPARTO

Luis Zahera: el eterno secundario con pánico a verse en pantalla que solo compra ropa de segunda mano

El acento gallego y la voz rasgada son los sellos de identidad de uno de los actores secundarios más queridos del cine español. Luis Zahera ha ganado el premio Goya a Mejor Actor de Reparto por As Bestas, el segundo cabezón de intérprete de 56 años que ganó en 2018 por El Reino. El gallego reconoce que no le gusta verse en pantalla y que antes de ser actor cruzó el charco para trabajar colgando abrigos en Nueva York.

La historia real tras 'As Bestas', la película de Rodrigo Sorogoyen nominada a 17 premios Goya

El actor Luis Zahera llegando a la gala de los Goya 2023.
El actor Luis Zahera llegando a la gala de los Goya 2023. | Getty Images

Europa FM

Madrid11/02/2023 22:47

Luis Zahera ha recibido el Premio Goya 2023 a Mejor actor de reparto por As Bestas, la película de Rodrigo Sorogoyen máxima nominada de esta edición de los premios del cine español.

"Gracias, Rodrigo Sorogoyen e Isabel Peña. Siempre quise hacer un western y siempre quise matar a un francés", dijo al recoger el premio en un breve discurso en el que también se acordó de sus compañeros Diego Anido y Marina Foïs.

Pese a este guiño al argumento de la película, el actor de 56 años asegura que no es tan malo como los personajes que interpreta. Sus rasgos duros, su marcado tono de voz y la facilidad para proyectar un carácter fuerte le han ayudado a desempeñar papeles de policía, asesino o narco, personalidades que adopta con singular talento.

Él insiste en que es una buena persona. "Si fuese igual de malo que mis personajes estaría preso", dijo en noviembre en una entrevista con El Mundo.

Una infancia "normal" en Galicia

Luis Zahera nació en Santiago de Compostela en 1966.

El actor de 56 años ya tiene otro cabezón en casa desde 2018, cuando se lo llevó en la misma categoría por El Reino, también dirigida por Rodrigo Sorogoyen.

El cine y la ficción española lo han colocado en la vitrina del eterno secundario, un lugar donde se siente cómodo pero sobre el que bromea en el monólogo con el que gira por los teatros nacionales, Chungo, un título que describe a la perfección el tipo de personajes que asume.

Tiene el reconocimiento de la industria y cuenta con el cariño del público pero es incapaz de verse en pantalla. Se fía de la palabra de su tía Cefe. "Tiene 92 años y siempre me dice que lo hago muy bien pero que abro mucho los ojos", contó hace meses en El Mundo. "No soy capaz de verme. Yo tengo esa imagen, no me aporta nada y nunca me gusté", añadió.

La vida cotidiana que llevaban sus padres ayudó a que su infancia se desarrollase sin sobresaltos. "Todo muy normal, con mis cuatro hermanas, mi mamá y mi papá. Estaba en los boy scouts, íbamos de excursión todos los fines de semana. No había todo ese bullying espantoso, o no era tan duro, tan intenso y terrorífico como ahora", explicó en la misma charla.

Precisamente en su tierra natal, Galicia, fue donde encontró su primer papel fijo. Las ficción gallega Mareas Vivas le dio estabilidad durante años: desde 1998 hasta 2003. La fama a nivel nacional le llegó en 2009 gracias a su papel en la película Celda 211.

Su salto a Nueva York para trabajar de guardarropa

Aunque durante los primeros años de los 90 había probado suerte en el teatro, Luis Zahera decidió en 1992 cruzar el charco y buscarse la suerte en Nueva York. Allí trabajó en multitud de empleos que aunque no le reportaron grandes beneficios económicos, sí le enseñaron el valor del esfuerzo y el trabajo.

"Yo siempre quise ser actor, pero no era capaz de ir a los casting porque me moría de miedo. Mi madre tenía un contacto en Nueva York y así surgió en el 90. Allí aprendí a brujulear currando de todo: colgando abrigos en un restaurante de lujo, pintando, hice demolición... Hasta en las Torres Gemelas, que luego mira lo que pasó y el día que cayeron me llamó mi padre por si yo tenía algo que ver", contó en una entrevista El Mundo.

Aquella experiencia le sirvió para ganar confianza y atreverse por fin a ir a un casting. "Me sirvió de mucho, le recomiendo a todos los jóvenes que estén un poco perdidos que se larguen de este país y se aireen en Irlanda, en Escocia o donde quieran", apuntó.

Amante y consumidor de objetos y ropa de segunda mano

Uno de los hábitos más curiosos de Luis Zahera pasa por su devoción por los objetos de segunda mano.

No solo compra su ropa en este tipo de mercados para dar un respiro a la industria textil —una de las más contaminantes del planeta— sino que se considera un verdadero apasionado de las curiosidades. Calma su afán de coleccionista haciéndose con cualquier objeto al que pueda darle una nueva vida.

"Tengo todas las cosas de segunda mano. Toda la ropa, libros, los vinilos, los aparatos de música... Sigo siendo analógico, tengo 250.000 radios y casettes en la casa que tenemos mi hermanas y yo. Las hamacas, las sillas, las lámparas, baldosas, relojes, juguetes, curiosidades... Soy fanático de las lámparas chiquititas, cuadros, láminas, tirachinas, juguetes, dardos...", enumeraba en el podcast Dentrísimo, de Manuel Burque.

En su monólogo Chungo recopila otras surrealistas anécdotas que ha vivido por su fama. Su rostro se antoja familiar para el espectador común, pero no siempre aciertan con su identidad. Un día lo confundieron con el mismísimo Rodolfo Chiquilicuatre.