María Jiménez, pionera del 'Se Acabó': el relato de un maltrato que convirtió el feminismo en un refugio para las mujeres
Con su muerte se apaga una voz cargada de valentía, irreverencia y coraje. "Me lo paso por el arco del triunfo", contestó a Bertín Osborne cuando le preguntó si le había pasado factura eso de ser "tan echá pa'lante".
De 'Se acabó' a las versiones de Joaquín Sabina: canciones para recordar a María Jiménez
Se acabó, pero María Jiménez no se acabará nunca. La cantante ha fallecido este jueves a los 73 años en su casa de Sevilla. Lo ha hecho rodeada de sus seres queridos y dejando tras ella un inmenso legado de poder, superación, arrojo y valentía.
50 años de carrera musical sobre los escenarios y ante las cámaras que han servido para entretener y formar a un público sobre el que también ha creado conciencia.
"Un espíritu indomable, una personalidad arrolladora, una mujer fuerte y valiente que luchó contra todas las adversidades más allá de lo imaginable", destaca su hijo, Alejandro Jiménez, en su reciente comunicado.
'Se Acabó', un himno de 1978 contra el maltrato
Era una mujer maltratada como tantas otras que sufrían en silencio, pero no se cayó. Sin planearlo, con su testimonio el feminismo que se convirió en un refugio para miles de mujeres, amas de casa y esposas. Un referente para las mujeres que vivían una vida que sencillamente no querían virir.
Destapó su intimidad para convertirse en el espejo de muchas en una época en la que los trapos sucios se lavaban en casa.
Se acabó / porque yo me lo propuse y sufrí
Como nadie había sufrido y mi piel / se quedó vacía y sola
Desahuciada en el olvido y después / de luchar contra la muerte, empecé
A recuperarme un poco y olvidé / todo lo que te quería y ahora ya
Y ahora ya, mi mundo es otro
"Denunció el maltrato, hace muchos años, cuando nacie lo hacía y la tomaron por loca", decía su hijo Alejandro en Mi Casa es la Tuya, donde ella recordó el infierno que le tocó vivir junto a Pepe Sancho, con el que se casó tres veces. La primera, en 1980, después de que la artista le pidiese la mano en el Florida Park.
"Era diario, diario, diario. Un malestar, una convivencia envenenada que yo no podía aguantar", rememoraba Jiménez.
Cinco años después, en 1985, la tragedia se teñía sobre la vida de la artista con el trágico fallecimiento de su primogénita en un accidente de coche. María fue madre soltera con solo 18 años hasta la llegada de su retoño con Sancho, que había nacido dos años antes.
El convulso matrimonio de la pareja ocupó decenas de portadas y páginas de revista en los 90.
Terminó con su separación en el año 2002, cuando su hijo cumplía 19 años y tuvo que prestar declaración. "La primera vez que fui al juez yo no podía hablar, porque mi padre estaba ahí, y yo no podía hablar, del nervio", recordaba Alejandro. "Hay que vivirlo", lamentaba María.
A Jesús Quintero le contó en Ratones Coloraos que hubo momentos en los que tuvo la muerte muy presente. "Mi vida es un cerrado por derribo y yo no soy de madera. Tengo la suficiente fuerza para decir, aquí estoy, dignamente, no con categoría, sino con dignididad", recalcaba.
"¿Has tenido ganas de morirte?", preguntaba Quintero. "Más de una vez", lamentaba la artista.
Aguantó con vaivenes de la vida con tesón y estoicismo, una fortalezacon una banda sonora que quedará en la memoria de los que la han visto sobrevivir.
Su experiencia personal la aupó a fundar hace solo un año la Fundación María Jiménez, para ayudar a mujeres en situaciones vulnerables.