EN 'El hijo del capitán trueno'

Miguel Bosé habla sobre la mala relación con Luis Miguel Dominguín y el safari que casi le cuesta la vida

Miguel Bosé publica El hijo del capitán trueno, su primera autobiografía donde relata la mala relación con su padre, el torero Luis Miguel Dominguín, a causa de su carácter autoritario, y la experiencia en un safari para que no fuese un “maricón” que casi le mata.

Miguel Bosé
Miguel Bosé | GTRES

Europa FM

Madrid06/11/2021 13:02

Aún no ha llegado a las librerías, pero la autobiografía de Miguel Bosé ya está dando mucho de que hablar y apunta a generar nuevas polémicas, a las que el cantante ya nos tiene acostumbrados en los últimos meses.

La publicación de este libro sobre el lado más personal del cantante llega días después de que la compañía ViacomCBS International Networks anunciara que está preparando un nuevo biopic sobre la vida del cantante español, Bosé.

En El hijo del capitán truenoasí es como ha bautizado a sus memorias, que estarán disponibles a partir del próximo 10 de noviembre–, el cantante se abre para hablar sobre su cara menos conocida: la de hijo del torero Luis Miguel Dominguín. Y es que la autoridad de su padre es algo con lo que Miguel Bosé ha tenido que vivir gran parte de su vida y así lo ha relatado en esta novela, donde ha ahondado en la complicada relación que tenía con su progenitor.

En Un paseo por Somosaguas, uno de los capítulos del libro, el artista español ha hablado sobre las penurias que tuvo que pasar cuando, con solo diez años, su padre le llevó a un safari por África para hacer de él "un hombre" y que esa aventura casi le cuesta la vida.

El safari que casi le cuesta la vida

A pesar de que su madre se negó a que su pequeño Miguel pasara por esta situación, donde tendría que enfrentarse a la naturaleza más salvaje de África casi sin ayuda, finalmente el torero acabó por llevarse consigo al cantante, tal y como ha relatado. Una de las razones que argumentaba el propio Dominguín es que esta experiencia serviría para que su hijo no acabara siendo "maricón": "¡Maricón, Lucía, el niño va a ser maricón! ¡Seguro!", le decía el diestro a su esposa por aquel entonces.

Familia Dominguín Bosé.
Familia Dominguín Bosé. | GTRES

En este viaje, el cantante vivió situaciones límite que le dejaron huella con el paso de los años. De hecho, tal y como relata, estuvo a punto de fallecer tras contraer malaria: "A los pocos días fuimos a cazar hipopótamos, y como no hacía pie en aquellos pantanales, me subieron a hombros de un porteador hasta llegar a la choza de apostamiento entre cañizales. Durante el trayecto, mis piernas, que de rodilla para abajo estuvieron siempre dentro del agua, se plagaron de sanguijuelas, decenas de ellas, colgando como flecos que ni noté al pegárseme. Me picaron muchos mosquitos, muchísimos y de todos los tamaños, y fue ahí donde, con toda seguridad, agarré el paludismo, lo que hoy se conoce por malaria", explicaba el cantante en su novela.

Esta enfermedad, que podría haberse evitado con unas pastillas de quinina, acabó dejándole casi muerto por culpa de la cabezonería de Luis Miguel Dominguín. El torero se negó a que su hijo fuera tratado contra la malaria, a pesar de las insistencias de sus familiares. "Dijo que no, que eso era una mariconada que no servía para nada. (…) Cerró la discusión replicando que lo que yo tenía no era malaria sino mamitis, y que o espabilaba o no me volvía a traer de safari", recordaba el cantante en este capítulo.

Durante este periodo, el propio Bosé pasó varios días encadenado, con vómitos, diarrea y mareos, mientras seguía andando muchos kilómetros diariamente. "Las caminatas se me fueron haciendo cada vez más duras, pero jamás protesté, no quería decepcionar a mi padre. Hasta que en una de ellas me desplomé, sudando y tiritando, blanco y frío como la tiza", explicaba.

Sin embargo, ningún indicio de la enfermedad de su hijo hizo que Dominguín pusiera fin al calvario de su propio hijo. De hecho, llegó a echarle en cara que si se encontraba así era porque era un blandengue: "Me dijo 'Venga, no seas nenaza, levántate y camina como un hombre y déjate de mareos o te vas a enterar lo que es uno de verdad del tortazo que te voy a meter, y basta ya de tonterías'".

Fue entonces cuando el cantante se dio cuenta de que nunca podría tener una buen relación con su padre: "Nunca conseguiría estar a la altura de sus expectativas, que él nunca estaría orgulloso de mí porque era débil, que nunca iba a quererme, que yo no era el hijo que él esperaba que fuera, y ahí, con diez años, tirado en medio de África, decidí que para qué esforzarme más. Me sentía muy mal, muy triste, muy solo, muy enfermo y tiré la toalla, no aguanté».

Luis Miguel Dominguín
Luis Miguel Dominguín | GTRES

Quince kilos menos y un coma

Un mes después de haber iniciado esta tormentosa aventura, el cantante volvía a Madrid junto a su padre, visiblemente afectado por los estragos de la enfermedad. Su madre, que los esperaba en el aeropuerto, no pudo creer el estado de su hijo a su vuelta de África: "Jamás olvidaré la cara que puso al verme. Descompuesta".

Durante su viaje por África, el pequeño Miguel había perdido más de 15 kilos y se encontraba en un auténtico estado decrépito: "Me fui a Mozambique pesando treinta y muchos kilos y lo que volvió de mí no llegaba a los quince. Amarillo hiel, de labios cuarteados y enormes ojeras moradas descolgando de dos ojos hundidos y brillantes".

Su vuelta a España no supuso una mejora de su salud, sino que la agravó aún más: llegó a entrar en coma a causa de las secuelas de la malaria. "Yo dormía y vomitaba, algunas veces sangre, y en una de esas, sentado mientras bebía, caí hacia atrás en convulsiones y quedé inerte, como muerto. Había entrado en coma", explicaba, ante la angustia de su madre.

Una aventura que significó el inicio del fin

Sin embargo, la recuperación acabó llegando y, con ella, también el fin del matrimonio entre Lucía Bosé y Luis Miguel Dominguín. La actriz italiana siempre guardó rencor al torero por acabar casi con la vida de su hijo: "Mi madre le echó de casa nada más llegar de África y le dijo que no quería verle en el resto de sus días, y que si al niño le pasaba algo, le pegaría dos tiros", relata Bosé.

Y aunque el diestro amenazó con quitarle la custodia de sus hijos gracias a sus poderosas influencias dentro del régimen franquista, finalmente Lucía consiguió quitarle esas ideas de la cabeza. "El bicho que se me había instalado en el hígado, bien al reparo, fue otra de las desgraciadas herencias que recibí de mi padre", concluye el cantante.