La nadadora Liliana Szilágyi denuncia los abusos de su padre y entrenador: "Disfrutaba ejercitando su poder sobre mi"
La joven deportista de 25 años ha destapado el infierno en el que vivió durante su infancia y adolescencia en una extensa carta donde expone los abusos que su padre infligió sobre ella. También era su entrenador de natación.
Las cosas no se olvidan, se superan. Y para superarlas y terminar con su angustia, la joven Liliana Szilágyi ha decidido explicarle al mundo el calvario al que estuvo sometida durante su infancia y posterior adolescencia.
Su padre, la persona que debía darle amor, cariño y protección, fue la que abusó de ella sin importarle ni las consecuencias ni el dolor ni el sufrimiento. Y las secuelas no desaparecen, permanecen en el tiempo.
"Me han abusado. Después de 25 años estoy preparada para decirlo con las palabras más duras que jamás haya dicho. Después de todo el dolor y la lucha y, aunque sé que es un tema extremadamente divisivo, he decidido hablar de ellos porque creo que es necesario", comenzaba la deportista en su cuenta de Instagram, donde ha ilustrado el texto con unas fotografías que representan los golpes físicos y el daño que sufrió durante tanto tiempo.
Abusó de ella y de su madre
"Fui abusada. Y por un hombre al que debería haberle pedido el mayor amor y aceptación. Mi padre abusó de mí. Físicamente. Espiritualmente. Sexualmente. Desde la infancia. De manera constante e impredecible. Disfrutaba ejercitando su poder sobre mí. Ya fuera castigo corporal, intimidación, amor y atención o abuso sexual", relata.
Las escenas de abusos en casa se volvieron normales y comunes para ella. Su padre también pegaba a su madre sin que pudiera hacer nada para evitarlo. "Vivía dentro de un caparazón donde pensaba que era natural. Cuando golpeaba a mamá porque hacía algo que no le gustaba o cuando había castigos por una decepción o un mal resultado. Nunca pude tener mi palabra, pensamiento, opinión o propósito", decía, haciendo referencia a las consecuencias que sufría si no quedaba en una buena posición durante una competición. Su padre también era su entrenador y preparador físico en natación.
Se distanció de él hace cinco años
"Durante muchos años habría hecho cualquier cosa para que me amase y aceptase, hasta que me di cuenta de que estaba viviendo una ilusión perfecta. En este mundo, yo era solo una herramienta, una marioneta perfecta. Después de todo, el mundo exterior no lo es", contó antes de confesar que su entorno más cercano conocía los abusos y el maltrato pero nadie hizo nada para evitarlo. "Todos lo vieron golpearnos en casa. Lo defendimos a él y a sus acciones, porque si no lo hubiéramos hecho, habría hecho cosas incalculables e inimaginables como represalia. Pudimos taparlo porque poco a poco fue disminuyendo nuestra personalidad, quitándonos la conciencia y las emociones", añade.
La joven quiso empezar una nueva vida alejada de este sufrimiento y decidió distanciarse de su padre hace cinco años. "Fue un largo viaje el que ahora estoy dejando atrás. En 2016, después de los Campeonatos de Europa, corté lazos con mi padre y desde entonces me han llamado de todo", señala.
La nadadora asegura que no tiene miedo a que su padre intente desacreditar su testimonio porque sabe como es "a puerta cerrada". "Mi padre seguramente tendrá una respuesta a esto. Es el Dr. Zoltán Szilágyi, un abogado adinerado, educado y entrenador de natación que trabaja con niños. Quizás nadie creerá cual es su verdadero yo a puerta cerrada", termina.