"¿Por qué alguien no puede acabar con su vida, si es suya?": la reflexiva carta de María Forqué tras la muerte de su madre
La hija de la actriz Verónica Forqué ha escrito una carta en la que reflexiona sobre el suicidio, el estigma de la salud mental y en la que eleva a su madre como "un ángel" que ahora extiende su poder más allá de lo terrenal.
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El mundo del cine continúa de luto por la muerte de Verónica Forqué. La actriz se suicidaba el pasado 14 de diciembre en su domicilio de Madrid después de haber atravesado dos depresiones severas y multitud de rostros conocidos la despedían en el Teatro Español.
Mucho se ha debatido sobre las circunstancia que rodean su muerte. Yolanda Ramos lo tildaba de "accidente laboral", ya que mantiene que la sobreexposición que tuvo en los últimos tiempos habría terminado por minar su sensibilidad, la "herramienta imprescindible con la que trabajamos como cualquier obrero". Pablo Carbonell va por el mismo camino. "El odio ya no podrá tocar tu corazón", escribió en Instagram.
La carta de María Forqué a su madre
Madre e hija guardaban una gran conexión entre ellas y charlaban de cualquier tema como buenas amigas. Para la actriz, la faceta transgresora de su hija era un valor y no dejaba de reconocer en público su talento.
María Iborra, conocida como Virgen María en las redes sociales, sobrelleva estos días la pérdida de su madre, una ausencia que afronta con inusual esperanza. Así lo refleja la emotiva carta que la joven ha escrito para la revista Shangay, en la que pide que desaparezca el estigma sobre las enfermedades mentales.
"Hay que respetar su decisión"
María habla de su madre como un ser de luz cuya misión era acompañar e iluminar a los que se cruzaban en su camino, una tarea que ahora seguirá afrontando pero fuera del plano terrenal.
"Hay muchas cosas que existen y no vemos; mi madre es una de ellas. De nuevo, debo recordar que ella vino a dar luz. Ya no se veía capaz de darla como ser humano en la Tierra y decidió irse a un plano más elevado, y no material, para seguir con su misión de llenarnos de luz", escribe.
Lejos de sentirse enfadada por el final de su madre, la joven de 31 años pide respeto y compresión. "Hay que respetar su decisión: a ella lo que le gustaba era ayudar, y aquí su misión había acabado. La siento ocupada ayudando a mucha gente ahora mismo, porque es un ángel".
En la misiva también destaca la "manera triste y negativa" que tenemos en Occidente de ver la muerte, algo que es "irreal y nos hace sufrir". "La muerte es un nacimiento a la siguiente fase, no es el fin", añade.
"Ella me enseñó que la muerte no existe, que la reencarnación sí; que el cuerpo humano es solo eso, un cuerpo", dice.
Sobre el suicidio y el estigma de la salud mental
La joven pide que se normalice el pedir ayuda psicológica igual que se acude al médico para tratar un resfriado. "Si se esconden los problemas mentales no se pueden solucionar", asegura.
"El suicidio también está muy estigmatizado por la influencia de la Iglesia. ¿Por qué alguien no puede acabar con su vida, si es suya? Quién mejor que uno mismo para decidir que no quiere seguir más en este juego e irse al siguiente. Tengamos respeto", explica.
Forqué mantiene que ahora su madre utilizará su potencial para cuidar a los que se han quedado en la Tierra. "Su potencial está ahora al cien por cien; nos cuida, nos guía y nos sana. Lo material (el cuerpo) empieza y se acaba, pero lo inmaterial (el alma) es infinito, es energía. Te quiero infinito, mamá. ¡Qué envidia que ya sepas qué hay después de la muerte terrenal! Te siento, y nos vemos pronto, en la siguiente etapa, porque la vida dura un segundo", termina.