¿Qué pasó con el vestido de Tamara Falcó? Del plagio a Carolina Herrera
El 16 de mayo las alarmas volvieron a sonar en el universo Tamara Falcó: la firma encargada de confeccionar su vestido de novia abandonaba el encargo. A solo 53 días de su boda con Íñigo Onieva, la hija de Isabel Preysler se vio obligada a empezar de nuevo y recurrió a Carolina Herrera una decisión que le devolvió la ilusión y la felicidad.
"Lamentablemente, el acuerdo entre Sophie et Voilà y la señora Falcó para la confección de su vestido de novia ha tenido que ser resuelto como consecuencia del incumplimiento contractual por parte de la señora Falcó", comenzaba el comunicado que Sophie et Voilà hizo público el 16 de mayo dejando claro que, a menos de dos meses de la boda entre Tamara Falcó e Íñigo Onieva, la influencerse quedaba sin vestido.
"No me iba a casar con un vestido que no me gustaba", aclaró ella en El Hormiguero, programa del que la hija de Isabel Preysler es colaboradora. La protagonista quiso así dar por zanjada la polémica generada unas horas después del anuncio de la firma a la que había confiado la importante tarea de vestirla de blanco.
Pero lejos de cerrar el capítulo, el cruce de acusaciones entre la influencer y el taller de las modistas vascas continuó agrandando así la historia de la complicada boda entre la marquesa de Griñón y su novio.
Historia de un desencuentro
“Ya habíamos vestido a Isabel en alguna ocasión y desde que conocimos a Tamara ha sido todo muy natural. Es muy simpática, supercercana… ella es un amor. Ha sido todo muy fácil. Compartimos el gusto por la gastronomía, el vino y la moda. Ha sido muy sencillo crear una relación natural y orgánica”, declaraban las responsables de la marca solo unas semanas antes del desencuentro sobre la que parecía una cordial y cercana relación con su clienta.
Pero la bomba terminó estallando a 53 días de la celebración del enlace del año, cuando Sophie et Volià decidió dar por finalizado el proyecto y dejó entrever que Falcó les había pedido ‘plagiar’ o ‘copiar’ un diseño de otra firma: "Sentimos un profundo respeto por la creación artística de otros compañeros y nuestra ética empresarial nos impide traspasar ciertos límites que pondrían en peligro la autoría original del diseño”.
La protagonista negó categóricamente que eso fuese así y explicó a la revista ¡Hola! que ella lo que trasladó fueron sus inspiraciones “sin intención de que copiaran un diseño”. “Hicimos una primera prueba, hicimos una segunda prueba y todo había cambiado. Habían cambiado el vestido sin decirme nada", explicó en el programa de Pablo Motos, donde además dio detalles de lo incómoda que fue esa segunda prueba. “Fue tan duro el momento que incluso cuando yo bajé con mi vestido de novia a enseñárselo a mi hermana, cuñada, tía Ara... no hubo palabras, sólo silencio”, aseguró.
El conflicto entre la marca y la marquesa a punto estuvo de llegar a tribunales pues Sophie et Voila quiso demandar a la marquesa por incumplimiento de contrato. Al parecer, el vestido de novia formaba parte del acuerdo que la firma vasca y Tamara habían firmado para que la influencer fuese su imagen durante un año. Sin embargo, ese contrato, según la protagonista, recogía una cláusula en la que se detallaba que si el vestido no le gustaba, no se tendría que casar con él, algo que el abogado de la hija de Isabel Preysler había trasladado a las responsables de la firma dos semanas antes del comunicado bomba.
Un nuevo vestido en tiempo récord
Con el 8 de julio como fecha límite, Falcó tuvo que iniciar de nuevo el proceso de elegir el vestido con el que llegar ante el altar. Encontrar un nuevo diseñador con tan poco tiempo se planteaba como una difícil tarea, pero solo cinco días después del culebrón la protagonista puso rumbo a Nueva York para hacerse la primera prueba de su nuevo vestido firmado por Carolina Herrera.
La amistad de su madre con la diseñadora venezolana y la cercana relación que Tamara mantiene con Wes Gordon, creativo de la marca Carolina Herrera, hizo posible comenzar a contrarreloj de nuevo. Según la protagonista, lo llamó para explicarle la situación y concertaron una cita en la Gran Manzana para poner todo en marcha.
El lunes 22 de mayo, la novia de Íñigo Onieva viajó urgentemente a Estados Unidos acompañada de Blanca Unzueta, su estilista. Desde allí, una videollamada permitió que su madre y su hermana Ana Boyer participaran también de esa reunión de la que todos salieron felices e ilusionados. “Ha sido la prueba de novia más maravillosa que he tenido.Encantadores, los bordados preciosos, el equipo... Me he sentido super escuchada", explicó pletórica Tamara.
El que también parece estar disfrutando a lo grande de la tarea de vestir a la ‘novia del año’ es Gordon, el diseñador de Carolina Herrera, que en una entrevista comentó a grandes rasgos cómo había concebido el encargo. “Su musa nupcial es Grace Kelly, así que intentamos crear algo que evocara ese aire y esa sensación de elegancia”, declaró sobre los deseos de la influencer.
Además de inspirarse en la estrella de Hollywood, Gordon también ha tenido en cuenta las nobles referencias familiares y asegura que están “creando un vestido que respeta su pasado y herencia mientras es fiel a quién es ella como mujer moderna”.