El radical cambio de look de Laura Sánchez: "Mi madre, mi hija y mi marido no están de acuerdo"
Laura Sánchez ha cumplido 40 años de lo más liberada estrenando un cambio de look de lo más radical radical para reivindicar el paso del tiempo.
Te interesa
Laura Sánchez ha sido una de las modelos españolas más reconocidas desde que empezó su trayectoria en el modelaje cuando tan sólo era una adolescente.
De ahí dio el salto a la interpretación participando en varias series de televisión, siendo Miranda, en Los Hombres de Paco, su papel más importante. También hizo sus pinitos en el cine en películas como 3 bodas de más demostrando que es una artista de lo más versátil.
Ahora, a sus 40 años, ha presentado un nuevo proyecto empresarial: Bloomers, su propia marca de baño que ha creado junto a su marido, el músico David Arcanio.
Reivindicación de la cana
La modelo ha ofrecido una entrevista a la revista ¡Hola! en la que se sorprendieron al ver su cambio de look, con el pelo completamente gris.
"Tengo muchas canas. El ochenta por ciento de mi pelo es blanco y no quería ser una esclava de la peluquería. Pensé: “¿Qué puedo hacer para no ir cada catorce días y que siempre esté perfecto?”, ha explicado.
Así que se puso en manos de unos profesionales y optaron por decolorar el 20% del pelo que tenía de color y realizarle un tratamiento para que toda su melena se asemejase y tuviera un acabado de lo más natural.
Un cambio de lo más impactante que parece no haber convencido a su círculo más cercano: "Mi madre, mi hija y mi marido estaban en contra, pero quiero reivindicar la cana. No la podemos asociar a la vejez. Hay que cambiar esa visión social: si tienes una buena piel, buena actitud y te sientes joven, el pelo blanco puede ser un plus".
Conviviendo con la diabetes
La entrada a los 40 ha venido acompañada de este renovado cambio de imagen, pero también de otra noticia nada agradable. A la modelo y actriz le han diagnosticado diabetes.
En una visita rutinaria, su ginecólogo vio que en una analítica salía el azúcar muy alto y de ahí la derivó al endocrino. Y sin darle tiempo a reaccionar ya le habían comunicado el diagnóstico.
"No he soltado ni una lágrima. Durante los últimos años, he estado sometida a una situación emocional complicada. No he vivido la infancia de mi hija como a mí me hubiera gustado. Cuando todo se relajara, sabía que mi cuerpo iba a decir: “Ahora reacciono yo”. ha confesado.
Una vez asimilada la noticia, Laura se ha mostrado optimista, aunque es consciente de la gravedad de la enfermedad: "Mi páncreas no llega ni a la mitad de su capacidad y dejará de funcionar en algún momento. Para eso voy con una neverita con la insulina a todas partes. Afortunadamente, mi vida no ha cambiado en nada más".