Sam Ashgari, exmarido de Britney, rompe su silencio sobre la tutela de la cantante y su divorcio
El bailarín, que mantuvo una relación con Britney Spears durante algo más de siete años, habla por primera vez sobre la tutela que pesaba sobre la cantante y cómo afrontó su divorcio poco después de darse el 'sí, quiero'.
Durante seis años, Britney Spears tuvo una sólida relación con Sam Ashgari, pero todo lo que hacía con él pasada por el férreo control de su padre Jamie Spears.
La cantante llevaba once años bajo una tutela de su progenitor desde 2008, cuando un juez determinó que el patriarca de la familia iba a supervisar todas las finanzas y decisiones de su hija, que atrevesaba graves problemas de salud mental. Desde el uso de tarjetas de crédito hasta la organización de viajes por vacaciones, con incluso restricciones de acceso a internet o sus cuentas en redes sociales desde su teléfono móvil. En 2021, asesorada por abogados y con el arrope de la plataforma de los fans #FreeBritney, la artista inició una batalla judicial, recuperó su libertad y se casó con Ashgari en una boda de cuento de hadas. El compromiso se rompió 14 meses después.
Sam Asghari compartió con ella seis de los 13 años que pasó tutelada. Se conocieron en el rodaje del videoclip Slumber Party, en el que él era bailarín, y desconocía los entresijos de la vida personal de la artista. "Fue la espiral más difícil y extraña de la que he sido testigo en mi vida", ha contado en el programa de los hermanos Kate y Oliver Hudson, Sibling Rivalry.
En sus primeras citas, él tenía 22 años y ella 35. "Hablamos y hablamos, estábamos solteros, fuimos a comer sushi a un restaurante, y todo empezó a ir muy bien. Hasta que un día empecé a saber lo que era una tutela y fue como: 'Espera un minuto, pensaba que estábamos en Estados Unidos. ¿Qué es eso de que alguien de más de 18 años necesita permiso de sus padres? Pero yo era muy nuevo aquí y... es algo absolutamente ridículo que tiene este país", recuerda el joven entrenador, que emigró a Estados Unidos desde Irán dos años antes de conocer a la intérprete. "Yo era muy nuevo aquí y... es algo absolutamente ridículo que tiene este país".
"En Hollywood y en el mundo del entretenimiento la gente te dice que lo difícil es lidiar con los fans, el dinero y todo eso. Pero lo más difícil es que tus padres y la gente a tu alrededor saque ventaja de ti y te haga daño, porque son las personas más cercanas a ti. Nunca son los fans, nunca es la prensa", reflexiona. "Hay razones por las que eres popular y famoso, como la prensa y los fans, y ellos no te van a herir. Es quienes tienes a tu alrededor, a quienes permites entrar en tu círculo, eres vulnerable ante ellos y se aprovechan, porque creen que les debes algo, lo que es absurdo", explica.
Así, cuando la cantante inició el proceso para liberarse de la tutulera, él no lo dudó. Quiso "protegerla y luchar por ella". "Darle tanto apoyo como pude, estar allí, proporcionar información que podría ser útil, recursos que podrían ser útiles, y realmente tratar de entender por qué esto llegó a suceder, por qué la tutela incluso sucedió, para empezar", rememora. "Simplemente eso, esa fue mi experiencia vital, que tuve que pasar de manera muy discreta, por si haces algo mal, dices algo equivocado, ya sabes... Y por suerte tener la experiencia de venir de otro país con la que tuve que lidiar... Pues todo se pone en su lugar. Fue una época muy difícil... Pasamos muchas cosas como pareja, aprendimos mucho, fue una experiencia bonita".
Con el divorcio ya más que zanjado y ambos haciendo vida por separado, solo queda un buen recuerdo en su memoria. "Divorcio, separación... las rupturas son un asco, por supuesto, pero siempre he tenido en mente que no quiero estar triste porque se acabó. Siempre voy a estar agradecido y feliz de que llegara a suceder", termina Asghari, que ahora triunfa haciendo televisión, películas y mantiene una relación con la modelo de 30 años Brooke Irvine.