Tamara Gorro sufrió un secuestro con ocho años: "Quería desaparecer"
Tamara Gorro ha desvelando un traumático episodio que vivió cuando tenía ocho años y fue secuestrada por la propia familia de su padre. Fue la Guardia Civil la que tuvo que acudir a liberarla.
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Tamara Gorro no está pasando por un buen momento. Su separación de Ezequiel Garay, sumada a la depresión y a la ansiedad que padece, están haciendo que los últimos meses se hayan convertido en una auténtica pesadilla.
Pero, a pesar de esta mala etapa, Tamara no deja de mostrarse optimista y ve la luz al final del túnel. Y lo sabe de primera mano porque no es la primera vez que se enfrenta a episodios traumáticos en su vida.
Recientemente presentó su libro, Cuando el corazón llora, como una forma de catarsis para sanar algunas cicatrices del pasado. En este libro, la influencer nos traslada a su infancia, que no ha sido precisamente fácil, y narra algunos episodios que han ido haciendo mella en su personalidad y sumando un granito de arena a la montaña que ha derrumbado su salud mental.
Tamara ya explicó que fue víctima de abusos sexuales cuando tenía 12 años, pero cuatro antes, cuando tenía tan sólo ocho años, fue víctima de un secuestro por la propia familia de su padre. Javier Gorro y Esther se conocieron cuando tenían 19 años, y por aquel entonces Javier ya tenía problemas con las drogas.
Poco después de iniciar su relación, Esther se quedó embarazada de Tamara y fue cuando Javier hizo un gran esfuerzo por desintoxicarse. Y lo consiguió durante unos meses, pero volvió a recaer cuando Tamara tenía tan solo tres meses de vida.
Sin embargo, sus constantes problemas con sus adicciones hizo que su matrimonio se acabase y que se alejase de su hija. Aún así, ingresó en Proyecto Hombre para intentar recuperar a su familia. Fue por aquel entonces cuando Javier, un día que no le correspondía la custodia, se presentó junto a otro hombre en la casa de la abuela de Tamara reclamando que le diese a la pequeña.
Tiempo después el padre de Tamara terminó muriendo debido a su adicción a las drogas, y fue cuando la pequeña Tamara, que por aquel entonces tenía ocho años, pasó unos días junto a su familia paterna. "Al segundo día de estar con ellos, la misma persona que acompañaba a mi padre al barrio de mis yayos me encerró en una habitación en la que solo había un cuadro de mi padre enorme y una cama", explica la influencer en su libro.
Tamara pasó encerrada en esa habitación dos días alimentada a base de "caldo, pan y agua", mientras no paraba de gritar y pedir auxilio: "Chillaba, gritaba. Solo quería dormir, olvidar, desaparecer".
Afortunadamente, la pesadilla de Tamara finalizó a las 48 horas al ser liberada por tres agentes de la Guardia Civil enviados por su madre, que había hecho todo lo posible por encontrar a su hija.