Todo lo que se ha filtrado del libro de Ana Obregón: un intento de suicidio y el verdadero legado de Aless Lequio
Aless Lequio falleció antes de poder terminar el libro que había empezado a escribir. Ha sido su madre, Ana Obregón, la encargada de cerrar la obra en la que revela su visión de la vida, la muerte y explica el legado que le gustaría dejar en este mundo si un día llegase a desaparecer. Estos son los textos que se han filtrado de El Chico de las Musarañas.
Este 19 de abril sale a la venta El chico de las Musarañas, el libro que Ana Obregón ha terminado de escribir para culminar la obra que un día empezó Aless Lecquio.
En sus páginas se relata la visión que el hijo de la actriz y el Conde Lequio tenía de la muerte. Relata también las emociones que le traspasaron cuando conoció su fatídico diagnóstico tras llevar meses sufriendo intensos dolores. Dos años después, el 20 de mayo de 2020, el sarcoma de Edwing terminó con su vida.
Ese mismo día, Obregón se prometió hacer realidad el legado de su hijo. Terminaría el libro y traería al mundo a Ana Sandra, la hija que Aless siempre quiso tener. Este es el relato que nos encontramos en El Chico de las Musarañas, del que a continuación revelamos varios estractos.
Los datos sobre 'El chico de las Musarañas'
- Total: 312 páginas
- Páginas escritas íntegramente por Aless Lequio: 72 (de la 159 a la 231)
- La dedicatoria: "Para mi hijo Aless, el amor de mi vida"
- El agradecimiento final: "Gracias a Aless, esa estrella brillante lejana que un día fue mi hijo".
- Aless Lecquio empezó a escribirlo en Nueva Jersey, cuando estaba sometido a duros tratamientos de quimioterapia y radioterapia.
El primer día de Urgencias y los dolores
- El joven Lecquio no aguantaba más.
- El 28 de marzo de 2018 le dijo a su madre por teléfono: "Mamá, me muero de dolor, me voy a urgencias".
- Sentía desde hacía ya un mes "un dolor agudo en la zona peritoneal, nada parecido a un tirón o un escozor vulgar".
- "Reconozco esos dolores, es como si creciera algo dentro de mí. Algo que empuja desde dentro hacia fuera, removiéndome los interiores. Suele presentarse en oleajes de dolor a altas horas de la madrugada y dura dos o trs horas hasta que consigo conciliar el sueño. Durante el día, aprieta pero no ahoga. A veces, hasta puedo sentirlo al sentarme. El problema es que llevo sin dormir bien desde hace un mes y sin pegar ojo desde hace una semana. Hay que encontrarle remedio a esto ya".
Un diagnóstico erróneo y su visión de la muerte
- Los médicos le dieron un primer diagnóstico que resultó ser erróneo: "hemorroides".
- Ana recibió el definitivo antes que su hijo. Le dijeron a la actriz que padecía un sarcoma de Edwing: "Lloré lágrimas púrpuaras que salían a borbotones porque ese doctor me acababa de arrancar el corazón de cuajo y me estaba desangrando. ¿Cómo se lo iba a decir a mi hijo? ¿Qué iba a hacer?".
- Cuando supo la gravedad de su situación, Aless reflexionó: "Tengo cáncer, pero lo peor de todo, tengo miedo".
- "La muerte no es más que una transición. Podría compararse a la preparación del cuerpo humano que precede un parto. Hablo de sensaciones inquitantesmente tranquilizadoras y lúcidas, sensaciones que te dejan inmóvil, y si quieres, te lanzan fuera del cuerpo, y cuando me refiero a fuera del cuerpo, me refiero a que sales del cuerpo literalmente y dejas de ver, simplemente percibes sin saber muy bien cómo ni por qué, pero percibes algo, algo superior. Todavía quedaba la última batalla, la batalla de mi vida, pero creo que el cuerpo es sabio y te prepara para todo, incluso la muerte. Es lo más extraño que he sentido en mi vida".
Los nombres de sus padres en la ficción: Ernesto y Aitana
En las páginas que dejó escritas, Aless Lequio cambió el nombre de sus padres por apodos. Relató brevemente cómo era la relación entre sus progenitores, sobretodo después de su separación.
- "Mi padre, formalmente conocido como don Ernesto, mantuvo una relación breve pero llena de acontecimientos con doña Aitana, poniendo fin a la misma tras conocer a otra mujer menos agraciada transcurridos los doce meses de comenzar la vida en pareja. Desde entonces, don Ernesto y doña Aitana, galán italiano y musa española, son mejores amigos y forman un tándem perfecto para lidiar con los asuntos referentes a mi persona".
La relación con su padre Alessandro
Es Ana la que relata cómo era la relación de Aless con el Conde Lequio.
- "Aless y su padre eran los mejores amigos del mundo. Me asustaba a veces su increíble complicidad, pero me hacía muy feliz no haber impedido que con las tonerías de padres separados estuviera cerca siempre de él".
El día que Alessandro Lequio evitó que Ana se suicidase
Su hijo acababa de fallecer y Ana no encontraba consuelo. Se le pasó por la cabeza terminar con su sufrimiento pero el padre de Aless lo impidió.
- "Salí al balcón. Un séptimo piso, la decisión era firme. Me empiné sobre la barandilla que no era muy elevada. Saltar hacia el abismo era mi única opción para seguir viviendo".
- Alessandro supo qué estaba pasando y rápidamente interpeló a su ex: "Ana, por Dios, abre la puerta. Tienes algo importante que hacer. ¿Recuerdas lo que nos pidió Aless, su última voluntad?".
- "Tu padre nunca supo que, en ese momento, tu última voluntad me salvó la vida. Se enterará leyendo estas páginas. Juro que en ese instante mi acto lo veía como una salvación, pero quiero dejar claro que el suicidio no es jamás una opción, ni en la peor de las tragedias que puedas vivir. Es una cobardía".
La verdadera última voluntad de Aless
- "Mamá, papá... Si me pasa algo, acordaos de la muestra que dejé en el laboratorio de Nueva York. Quiero tener hijos, aunque ya no esté. Es mi deseo. Prometedme que lo vais a hacer... Por favor".
- Ana le dice a Aless: "Durante tres años he guardado en secreto tu testamento, ese pacto que hicimos en el hospital que solamente sabíamos tu padre, tus tías y yo. He luchado sola en silencio para conseguir lo imposible y esa ilusión me ha perdonado la vida cada día de mis tres años de duelo por ti. Te prometí que te salvaría y no pude cumplirlo. Te juré en el hospital que cumpliría tu última voluntad, y ese milagro se ha hecho realidad".
- "El milagro único jamás contado, fruto del amor infinito de una madre y un hijo, de un amor que traspasa todos los límites, uniendo el cielo y la tierra".
- "Por fin tendré un poquito de ti aquí conmigo y nunca jamás volveré a estar sola. Sé que serás el mejor papá del mundo desde el cielo y que ahora mismo estarás feliz y sonriendo. ¡Lo hemos conseguido, Aless!".
- "Ahora quiero vivirme", termina Ana.