Madrid se queda afónico al son de las rumbas de Estopa
Los hermanos Muñoz saltaron de la pantalla al escenario, en una especie de viaje virtual, con interferencias incluidas, que les situó delante de los micrófonos. Tuvieron que agarrarse con fuerza a ellos para enfrentarse cara a cara a sus emocionados seguidores. El concierto arrancó con el single Cuando amanece y el público eufórico marcó el ritmo con las palmas y cantó la letra de principio a fin, tapando en ocasiones al vocalista del grupo, David Muñoz. "Es un placer que sigáis viniendo después de tanto tiempo y nos hace mucha ilusión que os sepáis las canciones del último disco", exclamó David, después de interpretar varios temas del álbum Allenrok como Rumbaketumba o La matraka.
Allenrok (Cornellá al revés pero con K), quinto álbum de Estopa, entró directamente en el primer puesto de la lista de los más vendidos en España y ha conseguido un doble Disco de Platino. El concierto continuó con temas actuales. Después de una canción que habla de la soledad y la tristeza, Era, Estopa pasó a otra que, como dijeron, "sólo tiene de triste el título": Cuerpo triste.
En Ya no me acuerdo, del disco La calle es tuya (2004) invirtieron los papeles, y José, el guitarrista, tomó el micrófono para hacer vibrar al público con este tema tan conocido. Durante toda la noche David y José mostraron una perfecta coordinación entre ellos y una gran cercanía con el público. "Somos rumberos y muchas otras cosas", afirmó David antes de reconocer que era "el momento de tocar una rumba", y decidirse por Descatalogando, del último álbum. No olvidaron su rol reivindicativo y pidieron un aplauso para los obreros, porque "cuando ellos paran, se para España", al tiempo que David mostró su lado más poético: "La inspiración no es una ramera, es difícil tenerla, no se va con cualquiera".
Siguieron canciones tan populares como Pastillas de freno, Tu calorro, Fuente de energía o Jugar al despiste. La última se la dedicaron a Fito, que se encontraba entre el público. El dúo de Cornellá, que ha vendido más de tres millones de discos a los largo de toda su carrera, se apoyó durante el directo en una puesta en escena sencilla pero con gran despliegue de luz y sonido. El escenario, flanqueado por dos torres, contó con cinco pantallas y una decoración a base de señales de tráfico, haciendo honor a su símbolo: una señal de Stop.
Para cerrar el concierto eligieron el repertorio que sus fans esperaban. Primero un popurrí de sus míticas canciones: La raja de tu falda y El del medio de los Chichos, entre otras, para acabar con Pesadilla, un homenaje a Tim Burton, y Como Camarón. El Palacio de Deportes de Madrid disfrutó en un ambiente muy festivo del penúltimo concierto de esta gira, con la que Estopa ha recorrido toda la geografía española y que han visto más de 200.000 espectadores. Con más de cuarenta actuaciones, la gira arrancó en Murcia el pasado mes de mayo y ha llevado a los hermanos Muñoz a ciudades como Valencia, Granada, Bilbao, Barcelona y Palma de Mallorca. La última cita del tour es este sábado día 11 en Zaragoza.