Billie Eilish explica el último 'ghosting' que sufrió: "Qué hombrecito tan patético"
Billie Eilish narra en su entrevista con el podcast Miss Me? el ghosting más "loco" de su vida, pero también se confiesa sobre las consecuencias que tuvo la fama en su vida privada.
Las referencias de Billie Eilish a sus parejas en ‘Hit me Hard and Soft’
Billie Eilish se ha sincerado sobre su vida romántica y personal durante una entrevista informal con Miquita Oliver y Lily Allen en su podcast Miss Me?, de la BBC. La charla confirma que nadie está a salvo del temido ghosting, ese vacío provocado cuando una persona que te gusta de repente desaparece, como un fantasma. Esto le ha pasado a la cantante estadounidense el pasado mes de diciembre. De hecho, reconoce que se trata del episodio de ghosting "más loco" que ha sufrido en su vida.
"Ni siquiera fue ghosting. Estaba como... '¿Has muerto?'. Además, era alguien a quien conocía desde hacía años", cuenta. El caso fue que ambos habían concertado ya una cita con hora y dirección incluidas, pero desde entonces nunca más escuchó nada sobre él. "Qué hombrecito tan patético, qué hombrecito tan pequeñito", dice entre risas. "Hasta el día de hoy, nunca más me ha enviado un mensaje. No sabía que la gente todavía hacía eso, sinceramente".
Aun así, la artista ha reconocido que ella también hace ghosting, aunque no de esta magnitud. "Tengo 1993 mensajes que no he leído", asegura avergonzada. Aunque le gustaría responder, comenta que se le termina olvidando, pero defiende que en este tipo de situaciones lo mejor es no mentir y ser sincera si no quieres seguir hablando con la otra persona.
"Perdí a todos mis amigos cuando me hice famosa"
Más allá de los entresijos amorosos, Eilish también ha hablado del precio humano que tuvo que pagar por la fama: sus amistades. "Perdí a todos mis amigos cuando me hice famosa, literalmente todos excepto mi mejor amiga desde que tengo dos años", cuenta. Y seguía sincerándose contando que "de repente era famosa, y no podía relacionarme con nadie... Fue muy duro".
"Todos mis amigos se convirtieron en mis empleados, y me parecía bien. Entonces, en mi 20 cumpleaños, recuerdo mirar alrededor y solo veía a gente con la que trabajo. Y todos 15 años o más mayores que yo", explica. "Uno de mis mejores amigos que trabajaba conmigo dejó de hablarle y fue lo peor que me había pasado, y eso me hizo darme cuenta de que esto es un trabajo. Me di cuenta de que quizás estaba realmente sola".