El disco de reguetón que Ana Guerra se negó a publicar: "Echadme si queréis"
Ana Guerra se ha sentado frente al micrófono para hablar de su trayectoria, su paso por Operación Triunfo, su difícil recuperación de un programa que arrasó con su vida y sobre cómo fue empezar a hacer lo que ella quería en la industria de la música tras la salida. Un proceso que le llevó a tirar a la basura un disco de 10 canciones.
Sin pelos en la lengua y abierta a hablar con sinceridad de todo su proceso como intérprete, Ana Guerra ha charlado en el podcast Animales Humanos de cómo ha sido su vida desde que decidió que sería cantante hasta su presente, pasando por la entrada en Operación Triunfo, que arrasó con su vida y supuso hacer lo que ninguno de los concursantes era capaz al salir del programa: definir claramente qué música hacer.
Es una de las cantantes salidas de la remesa de artistas de OT 2017, la edición más exitosa del programa de talento musical. La canaria se ha sentado frente al micrófono y esta vez no ha sido para cantar. Después de relatar cuándo aparece su atracción por la industria y cómo vivió el concurso, Guerra ha dado detalles de lo que pasó al salir, cuando esa familia de jóvenes artistas emprendió un camino individual y dejaron la vida alejada de la realidad que es la televisión.
"Tenía un disco hecho de 10 canciones de reguetón urbano y en ese momento dije: 'no"
Era hora de sentarse a hablar de qué hacer, qué cantar. "Tenía un disco hecho de 10 canciones de reguetón urbano y en ese momento dije: 'no'. Y cuando tuve una reunión con la compañía para presentarles el álbum, antes de que lo escucharan les dije que no lo iba a sacar", revela firme la canaria."Que me echaran si..., pero que me diera la carta de libertad".
La cantante venía de haber provocado el acabose en la música con su compañera Aitana y el tema con el que se postularon para participar ese año en Eurovisión, el hitazo de Lo Malo, la canción más escuchada de 2018.
"Me dijeron: '¿y qué quieres hacer?', me senté al piano y toqué y dije: 'esto es lo que soy y esto es lo que quiero hacer". Entre lágrimas, Ana tomó la decisión valiente y nada fácil con el riesgo de, quizá, perderlo todo. "Yo no puedo mentir al público. No lo he hecho nunca y no lo voy a hacer ahora. Y me dijeron: 'vale, jamás te vamos a obligar a hacer ni a sacar nada con lo que no te sientas identificada. Tienes dos meses para hacer treinta canciones", cuenta Ana War. "A los dos meses dije: 'toma, cuarenta".
De aquellos dos meses componiendo sin parar salió su primer disco, La luz del martes, que supuso un proceso terapéutico para ella. "Con él yo decidí mi esencia, mi cosa más pura, y a raíz de ahí he podido extrapolar lo que soy yo a diferentes géneros musicales", explica. Balada, Rock pop, punk...
Necesitaba contar estas historias, romperse y "cerrar heridas". Pero eso era hace cinco años. "Ahora estoy en otro momento de mi vida y se nota musicalmente, porque es más divertido. [...] Me apetece aire fresco. He tenido drama, un fondo jodido y ahora a disfrutar".
La salida del programa que le dio la oportunidad de vivir de la música fue especialmente difícil para la cantante, a la que también le costó mucho empezar a confiar en su manager, con el que las primeras palabras que tuvo fueron: "A mí no me vaciles". Tardó en fiarse de él por su experiencia anterior en la industria, cuando ella misma trabajó como manager. "No escuchaba la opinión de los demás porque decía: 'si me va mal, que sea haciendo lo que yo quiera".