Una discoteca de Valencia, la primera en usar auriculares inalámbricos
'Picadilly' es la única discoteca española que cuenta con una 'silent room' donde la música se escucha a través de unos auriculares inalámbricos. El cliente puede escoger entre tres colores que representan tres estilos de música distintos que están pinchando unos DJs en tres cabinas.
Aunque aparentemente parezca una sala convencional, 'Piccadilly' alberga en su interior una nueva forma de combatir la contaminación acústica, porque esta discoteca española ha apostado por convertir el silencio en el "rey" de la pista de baile al prescindir de la música ambiente a golpe de auricular.
Frente al típico recinto convencional que cuenta con melodía exterior, la conocida como "silent disco" o discoteca silenciosa dispone de un espacio donde el sonido se transmite a través de unos cascos inalámbricos diferenciados por tres colores: rojo, verde y azul.
Cada tonalidad, representada por un estilo musical distinto que cambia cada semana, "permite al usuario elegir de forma manual a cuál quiere conectarse", ha explicado el gerente de esta discoteca valenciana, Alberto Flores, quien señala que, en ocasiones, cada canal cuenta con "personal de animación propio".
El papel del pinchadiscos, ha afirmado, se complica en este tipo de sesiones porque ha de lograr que la gente se divierta y se mueva "para que no se convierta en algo aburrido", por lo que se recurre a fiestas temáticas en las que "hay que elegir canciones que sean muy divertidas".
Unos temas que son pinchados por tres DJ, situados en una cabina, donde cada uno de ellos está iluminado por el color que representa cada repertorio musical por el que se ha apostado esa noche.
Este local pretende "buscar la sorpresa del cliente", ha confesado Flores, quien añade que el usuario espera encontrar "una música sonando, todo el mundo bailando, luces en movimiento, gente bebiendo...", y se topa con una estampa en la que "200 personas saltan, cantan y danzan", pero sin el habitual sonido ambiente y con unos cascos sobre sus cabezas.
El protocolo a seguir, ha detallado, es como el de cualquier otra discoteca y pasa por "apuntarte en una lista previa" o acceder a través de una tarjeta publicitaria y, una vez dentro, se presentan dos opciones: "Acudir a una sala con música habitual" o a la "silent room", para lo que se necesita adquirir un auricular, a modo de fianza, que se devuelve al finalizar la asistencia.
"Creo que somos el único local que apuesta por este tipo de ocio en España", ha manifestado Flores, quien añade que no tienen constancia de que exista otra discoteca igual a la suya, excepto "algunos espectáculos puntuales".
Una nueva propuesta que elimina la contaminación acústica y otorga a cada persona la capacidad de "quitarse el auricular y hablar con quien quiera". "Tú decides cuándo quieres escuchar música y cuándo no", así como "regular su volumen".
Todo partió, ha rememorado, de un experimento, porque disponían de una sala que no estaba en funcionamiento y un día decidieron celebrar una fiesta para probar con los 20 auriculares que poseían en ese momento.
Una apuesta que congregó "colas de hasta 60 personas a las puertas del recinto" para entrar en el lugar durante el primer día, a pesar de que abrieron pensando que no iba a acudir nadie, y en la segunda jornada "la afluencia iba a más", por lo que repitieron cada fin de semana y compraron más cascos.
Esta primera prueba, que "salió bien", ha permitido que "Piccadilly", local situado en el valenciano barrio de Ruzafa, sea conocida como "la discoteca de los auriculares desde hace más de 5 años".