¿Qué premio se lleva el ganador de Eurovisión?
Alzarse con el micrófono de cristal es el objetivo de los participantes de Eurovisión y que este sábado 13 de mayo ha logrado Loreen gracias a su canción Tattoo. Una primera posición que supone un fuerte impulso en la carrera de los cantantes que compiten en el festival, como ella sabe bien. Al fin y al cabo, la artista sueca ya ganó el festival en 2012 con Euphoria.
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El Festival de Eurovisión es uno de los acontecimientos culturales-musicales que más interés despiertan cada año en Europa. Para el público es un escaparate de tendencias musicales y una exhibición del potencial artístico de cada país. Para los participantes, el certamen es una magnífica plataforma para darse a conocer.
Pero además del reconocimiento del público y de la oportunidad que se abren los representantes de cada país, ¿por qué más compiten realmente? ¿Cuál es el premio que se lleva el ganador?
Un micrófono muy especial
El premio más conocido que reciben los artistas que se proclaman ganadores de Eurovisión es el gran micrófono de cristal —réplica de uno antiguo, de los que se usaban en radios y estudios de grabación, con el logo del festival en la parte delantera— que es entregado a los vencedores antes de volver al escenario para repetir la actuación y dar por concluida la gala.
Este trofeo quedó instaurado en 2008, y el primero en tenerlo fue el ruso Dima Bilán, ganador de esa edición.
Antes de esa edición, la estatuilla recibida por el ganador era elegida por el anfitrión y variaba según el país que acogía el festival. Por ejemplo, el grupo ABBA, que ganó en 1974, recibió una medallón como premio, igual que nuestras representantes españolas Massiel (1968) y Salomé (1969). En 2004, la artista ucraniana Ruslana Lyzhichko fue galardonada con un árbol de vidrio con las banderas de los países participantes, además de un placa. Un año después, la cantante griega Helena Paparizaa recibió una caracola y una placa plateada.
[[H3:Más allá del micrófono…]]
Este trofeo es el único premio que recibe el ganador. El festival no entrega, ni ha entregado nunca, un premio en metálico a los ganadores.
La verdadera recompensa, además de la fama, llega por los derechos de autor de las canciones —que se reparten entre compositores, productores, artistas y discográficas— y las contrataciones posteriores de los participantes en caso de tener éxito, y que pueden suponer una considerable cantidad de dinero.
En el caso de Chanel, sin ir más lejos, llegó a conseguir el disco de platino con el tema SloMo, además de ser contratada en festivales y otros eventos nada más poner un pie en España.
La canadiense Céline Dion, la formación sueca Abba, la banda italiana Maneskin o la cantante austríaca Conchita Wurst han sido otros de los cantantes que han visto impulsada su carrera tras ganar Eurovisión.
Por su parte, el país ganador sí reciben una recompensa. Deberá organizar el festival de Eurovisión al año siguiente, con los beneficios que conllevan para el sector servicios. Todas las delegaciones se alojarán en la ciudad anfitriona durante dos semanas y periodistas de todo el mundo viajarán también para seguir de cerca la celebración del festival.