Leiva incendia con sus “monstruos” una abarrotada sala Razzmatazz en Barcelona
Leiva trajo su rock&roll a una sala Razzmatazz con las entradas agotadas desde hacía tiempo y no defraudó. El madrileño acompañado de su Leiband hizo un extenso repaso por su último trabajo sin olvidar sus otros álbumes en solitario ni algunas de las canciones más míticas de Pereza.
La última vez que vi a Leiva en directo fue a principios de mayo de 2015 en la sala Razzmatazz de Barcelona para su concierto de Fin de Gira de Pólvora. Poco más de un año después, el madrileño ha vuelto al mismo lugar acompañado de su Leiband para presentar en vivo los temas de Monstruos, su último trabajo.
El ambiente que se respiraba en ambos conciertos era bastante parecido: una sala abarrotada con el cartel de sold out en la puerta, y muchas ganas de ver el directo de Leiva y su banda, con la que en todo momento comparte protagonismo.
Como era de esperar, empezó con los temas de su último disco, que a estas alturas el público se sabía a la perfección y no tardó en recuperar Animales, haciendo que nos entrara algo de nostalgia de la etapa de Pereza. En esta línea tampoco olvidó Windsor, canción que lleva acompañándolo durante muchas giras y de la que confesó que, aunque quiera sacarla del repertorio, al final nunca puede.
Aprovechando que a la guitarra estaba su hermano Juancho, cantante de Sidecars, no faltó su colaboración con Entre las cuerdas, para continuar repasando a sus “monstruos” entre los que Sincericidio, Breaking Bad, Guerra Mundial o el propio tema que le da nombre al disco fueron los más coreados.
En definitiva dos horas del rock & roll de local de ensayo, de carretera y de salas pequeñas, donde realmente se puede disfrutar de la música en directo. Y es que como él mismo dijo tiene la suerte de continuar trabajando con los amigos que se embarcaron con él en esta aventura al principio de su carrera.
El colofón final no podía ser otro que Lady Madrid, una de sus canciones insignia, para la que nos pidió al público que guardáramos nuestros teléfonos y disfrutáramos del concierto a través de nuestros ojos y no desde las pantallas de nuestros móviles. Y vaya que lo hicimos, y se nos hizo corto. Y como siempre, con ganas de que llegue la próxima vez.