La nave espacial de IZAL arrasa en su paso por Barcelona con un impresionante directo
Tras el doble 'sold out' en el Wizink Center de Madrid, ya podíamos predecir cómo iba a ser la llegada de IZAL a Barcelona. La nave espacial de la banda aterrizaba en el Poble Espanyol estallando en una gran fiesta de más de dos horas de duración.
El impulso que ha cogido la trayectoria de IZAL en sus últimos discos es digno de un viaje espacial como el que han preparado para esta nueva etapa de su gira 'Autoterapia'. Miren Ibarguren y Julián López eran los encargados de dar las instrucciones para esta misión que tenían que llevar a cabo Mikel Izal, Alejandro Jordá, Iván Mella, Alberto Pérez y Emanuel Pérez “Gato”.
Enfundados en sus trajes de astronautas aterrizaron en el escenario del Poble Espanyol de Barcelona, dentro de los conciertos de Cruïlla de Primavera, a ritmo de 'La increíble historia del hombre que podía volar pero no sabía cómo', seguida de ‘Ruido Blanco’, ambas incluídas en su último trabajo ‘Autoterapia’. Pero rápidamente echaban la mirada atrás con ‘Copacabana’, apareciendo el gran logo de neón que llevaban en su anterior gira sobre ellos.
Se quitaron los trajes para dar paso a una de las canciones más coreadas de la noche, ‘Pequeña gran revolución’ y a partir de ahí una secuencia de éxitos de toda su discografía se iba alternando con unos cuidadísimos visuales que están haciendo, sin duda, el espectáculo más ambicioso de la banda hasta el momento.
Mención especial para las emotivas imágenes y vídeos caseros de los miembros del grupo mientras interpretaban ‘Qué bien’ o el viaje 3D en 'Agujeros de gusano', donde Mikel rescató su ukelele explicando que cuando compusieron aquel tema ese era el instrumento que se podían permitir.
‘Palos de ciego’ volvió a ganar en su app ‘Audioterapia’, donde el público escoge qué canción quieren que toquen en cada concierto.
Tras dos horas de directo, IZAL aún se guardaba varios ases bajo la manga para el bis final, que iniciaron con 'Pausa', una de las canciones más aplaudidas de su último disco y para el que la banda se unió en la parte más cercana del escenario al público, creando una conexión con los asistentes que tanto cuesta en recintos grandes.
Por supuesto no podía faltar ‘La mujer de verde’, que fue pedida a gritos durante todo el concierto o ‘El baile’, para el que montaron una gran fiesta con enormes pelotas hinchables botando por todo el Poble Espanyol (¡Y cómo nos gusta volver a la infancia cuando esto ocurre en los conciertos!) mientras enormes columnas de humo se propulsaban en el escenario.
El mismísimo Raphael aparecía en las pantallas para indicarles a los astronautas que la misión había finalizado y que era hora de volver. A lo que ellos obedecieron despidiéndose al son de ‘Bill Murray’ y poniendo su nave rumbo a Valencia, donde hoy continúan con su viaje.