Pedro Almodóvar y Fabio McNamara: de tener un dúo punk a romper su amistad por las drogas
Mucho antes de convertirse en uno de los directores de cine más aclamados, la ilimitada creatividad de Pedro Almodóvar le llevó, en pleno apogeo de la movida madrileña, a probar suerte en el mundo de la música junto al artista plástico Fabio McNamara. Fue una experiencia corta pero intensa en la que dejaron delirantes canciones que se convirtieron en himnos.
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"Voy a ser mamá / Voy a tener un bebé / lo vestiré de mujer / lo incrustaré en la pared / le llamaré Lucifer", dice la estrofa de una de las canciones más famosas del dúo Almodóvar y McNamara, Voy a ser mamá. Y es que el oscarizado cineasta manchego, el flamante ganador del León de Oro de Venecia por La habitación de al lado, también tiene un pasado como cantante, y no un cantante cualquiera.
Aunque puede que un poco mitificada, la producción audiovisual y artística de la movida madrileña marcó una época, la de aquellos años 80 en los que no existían reglas, las normas estaban para saltárselas y la libertad era la gran bandera de la cultura.
En ese contexto Pedro Almódovar llegó a Madrid y comenzó a sumergirse en el mundo del teatro alternativo, empezó trabajar en sus primeros proyectos cinematográficos y montó su propio grupo de música, un dúo de punk-glam rock paródico junto a otro de los polifacéticos nombres de momento, Fabio McNamara.
Sus entrevistas, sus conciertos, las letras de sus canciones eran un fruto del delirio colectivo que se vivía y, aunque esa aventura musical duró poco, dejaron imborrables canciones que forman parte de la historia musical de este país.
Música con mucho sexo y drogas
Pedro Almodóvar y Fabio McNamara se conocieron a finales de los 70, en aquellos años de derroche creativo tras la represión de la dictadura de Franco. Los dos eran destacadas figuras del movimiento cultural que hizo historia en Madrid en los años 80, que también tuvo una dolorosa cara B, la de las drogas que corrían por ese circuito y que acabaron con la vida de muchos artistas.
Coincidieron por primera vez en el bar La Bobia, el icónico café de la movida madrileña. En ese momento, el director manchego buscaba extras para su película y entre los dos hubo flechazo, sin duda. A partir de ese momento, el ahora pintor y católico practicante se convirtió en un secundario fijo de las primeras películas del director: Pepi, Luci, Bom y otras chicas del montón, Laberinto de pasiones, Entre tinieblas y ¿Qué he hecho yo para merecer esto?
Para la segunda de las cintas, protagonizada por Cecilia Roth e Imanol Arias, el cineasta y el artista compusieron dos irreverentes canciones sobre sexo y drogas, Gran ganga y Suck it to me, que interpretan juntos en una escena de la película, lo que impulsó la formación del grupo Almodóvar y McNamara —aunque al principio se iban a llamar Black Kiss Dolls—.
Enseguida comenzaron a tocar en las salas de moda de la época junto a Alaska y Dinamarca, Nacho Canut y Carlos Berlanga, referentes de la música de aquellos años.
En 1983 lanzaron su primer y único disco: ¡Cómo está el servicio... de señoras!. El álbum estaba compuesto por diez canciones que hablaban, sin tapujos, con mucha gracia y en muchas ocasiones de manera absurda, de sexo, de sustancias, de libertad… Rock de la Farmacia, Me voy a Usera, Monja, jamón y la ya mencionada Voy a ser mamá se convirtieron en banda sonora imprescindible de la movida.
Sobre el escenario, esos temas, se convertían en un espectáculo de lentejuelas y tacones, maquillajes excesivos y coreografías provocadoras.
Una amistad destruida por las drogas
La experiencia musical de este peculiar dúo duró poco, apenas un año. En una entrevista, McNamara relató que fue durante su participación en Qué he hecho yo para merecer esto cuando se cansó de hacer cine: "Ese mundo es muy absorbente. Y como él se hizo famoso, cada uno fue por su lado".
Pero el pintor no estaba contando toda la verdad. En 2020, Atresplayer estrenó la serie documental Pongamos que hablo de Pedro Almodóvar y fue entonces cuando McNamara se sinceró sobre lo ocurrido de verdad y el momento en el que el director puso distancia.
"Lo más fuerte fue una vez que teníamos dos conciertos en La Riviera, con Derribos Arias como teloneros. El primer concierto se dio superbien y tal. Pero en el segundo, que era al día siguiente, pues en esa época yo, que me metía de todo, me dieron una pastilla, de estas que son como somníferos, un rohypnol creo que era. Me la tomé a las dos de la tarde y tenía que actuar como a las siete. A las cuatro, que tenía que ir a prepararlo todo, cogí un taxi y le dije al taxista, 'lléveme a, lleveme a… lléveme otra vez a mi casa' porque ni me acordaba de dónde iba. A raíz de eso creo que Pedro se mosqueó un poquito y fue cuando ya no congeniamos mucho porque diría 'está muy pasado para estar con ella", relató a Iñaki López.
En aquel momento, Fabio vivía bajo el efecto de las drogas: se pinchaba heroína, esnifaba cocaína, tomaba somníferos… Todos sus amigos, los músicos Carlos Berlanga y Bernardo Bonezzi, —hizo la música de algunas películas de Almodóvar—, el pintor Sigfrido Martín Begué… convivieron con las drogas, causándoles diversas dolencias: "Todos muertos menos Pedro y yo".
Hace ya años que McNamara decidió dejar las drogas y la bebida, y vive recluido en su casa, dedicado a la pintura y la fe católica, y apenas hace vida pública. Pedro Almodóvar poco o nada ha hablado de él y no han mantenido ninguna relación durante mucho tiempo hasta que en la fiesta por el 60 cumpleaños de Alaska, en junio de 2023, coincidieron y se dejaron fotografiar juntos.