Pet Shop Boys, Parov Stelar y The Prodigy ponen el broche de oro a otra edición de Cruïlla Barcelona
Pet Shop Boys supieron hacer un show de lo más bailable en el que combinaron hits y rarezas perfecto para un festival. The Prodigy hizo lo propio con una sesión que continuó manteniendo en lo más alto a un público recién llegado de Parov Stelar, que sin duda fue la gran sorpresa de la noche con el escenario Time Out a rebosar, dándolo todo a ritmo de su electroswing.
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La segunda jornada de Cruïlla Barcelona deja claro cuál es el factor diferencial de este festival. La amplia diversidad de sonidos y estilos musicales dentro de un mismo cartel hace que sea una de las citas culturales más importantes de cada verano en Barcelona.
Exquirla era uno de los encargados de ir calentando motores. La fusión entre El Niño de Elche y Toundra congregó a un público entregadisimo, a pesar de que gran parte del concierto no pudimos disfrutar de la voz del cantaor en su plenitud debido al bajo volumen de su micrófono. Afortunadamente tras reajustar el sonido Exquirla hizo estallar el escenario Radio 3 con un final formado por Un Hombre y Canción de Amor de San Sebastián.
Tras ellos le tocaba el turno a Little Steven & The Disciples Of Soul. El guitarrista de Bruce Sprngsteen enamoró al público a ritmo de rock y soul con hits como I Don’t wanna Go Home o Love In The Wrong Side Of Town, acompañado de una amplia banda de músicos y coristas compuesta por 14 personas.
Pet Shop Boys, uno de los cabeza de cartel de esta edición, no defraudaron. Acostumbrados a hacer shows para festivales supieron alternar clásicos del dúo con algunas rarezas y caras B dentro de una misma línea bailable y festiva en la que no hubo momento de bajón. El momento más álgido llegó con el combo final en el que no faltaron hits como It’s A Sin, Go West o Domino Dancing.
Pero sin duda la gran sorpresa de la noche fue Parov Stelar. El austriaco no figuraba entre los grandes nombres del cartel y sin embargo se convirtió en uno de ellos con todo el público (en sentido literal) congregado en el escenario Time Out bailando a ritmo de su electroswing. Su concierto hizo que ganara adeptos que no lo conocían y que, los que si seguíamos, nos volviésemos incondicionales.
Y con este buen ambiente llegaban The Prodigy. Los británicos llevaron su ‘big beat’ al escenario principal con una sucesión de temazos que empezó con Firestarter desatando la locura durante hora y media hasta terminar con una traca final capitaneada por Smack My Bitch Up.
Y cuando parecía que ya no lugar para decepciones en una noche redonda llegó AronChupa. Si algo salvó la sesión del sueco fue las ganas del público de terminar la fiesta por todo lo alto. Porque su setlist atropellado en el que no faltaron hits facilones era más propio de la letra pequeña del cartel de un festival de EDM, que del Cruïlla. Aún así, nos fuimos del Fórum con buen sabor de boca, un año más.