Red Hot Chili Peppers rescatan los 90 en el Palau Sant Jordi de Barcelona
En el primero de sus dos conciertos en Barcelona Red Hot Chili Peppers apostaron por los éxitos que los catapultaron a la fama unas décadas atrás, dejando claro que siguen siendo los reyes del funk-rock y pasando de puntillas por The Getaway, su nuevo trabajo.
Lo bueno de los Red Hot Chili Peppers es que a pesar de sus más de 30 años de carrera siguen conservando esa esencia de descontrol y desorden de los primeros bolos de una banda. Algo que contrasta con la gran escenografía de luces colgantes extendidas sobre el público que llevan en su nueva gira y que crean un ambiente de lo más psicodélico.
Anthony Kiedis, Flea, Chad Smith y Josh Klingoffer salieron al escenario empezando de la manera más contundente posible con el combo Can’t Stop, Dani California y Scar Tissue. Aunque Josh no es precisamente un mal guitarrista, la ausencia de Josh Frusciante es insustituible y de alguna manera sigue presente en estos temas tan míticos.
Anthony y Flea fueron los encargados de animar al público con un muy discutible castellano “Hola Cataluña, bienvenidos. Mucho gusto”, como si fuésemos nosotros los que acabásemos de aterrizar de California. Por supuesto los dos músicos no tardaron mucho en quitarse sus camisetas y demostrar que pese a pasar de los 50 siguen marcando músculo, mientras Chad repartía baquetas a diestro y siniestro desde su batería (¿Alguien se fue sin una?) y tampoco faltó el momento del bajista recorriendo el escenario de un lado a otro haciendo el pino.
De The Getaway, su nuevo trabajo, apenas rescataron cinco canciones. La más rodada Dark Necessities, que sirvió de presentación de este disco; The Getaway, Sick Love, Goodbye Angels y Go Robot. Esta poca representación de temas nuevos deja claro que seguir sacando discos es solo una excusa para continuar en los escenarios, donde realmente arrasan agotando entradas e interpretado los temas que realmente ellos quieren tocar y que el público quiere escuchar.
Las recurrentes jams sessions fueron hilvanando el setlist y destacó la de más de dos minutos que tocaron Flea y Josh agachados en el escenario para dar paso a Californication, que junto a By The Way fueron los dos grandes hitos del concierto en los que se sintió una conexión total del público con la banda.
Otro hit, Give It Away, fue el encargado de despedir el concierto de algo más de hora y media de duración en el que, a pesar de que se echaron de menos temas tan imprescindibles como Otherside o Under The Bridge; demostraron que aún les queda cuerda para seguir llenando estadios y contentar a miles de fans capaces de hacer sold out en pocas horas para ir a verlos.