El rock épico de The Killers clausura el Mad Cool 2024
La banda de Las Vegas ha puesto el broche de oro en la última jornada del Mad Cool con un sonido rock impecable y distinguido, además de una puesta en escena maximalista en la que Brandon Flowers despunta como showman e ídolo de masas.
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Casi dos décadas sobre los escenarios y The Killers sigue desprendiendo el mismo resplandor que en sus inicios en 2004. En este tiempo, el compromiso de sus fans se ha vuelto inquebrantable y no hay lugar para traiciones.
La banda era la gran apuesta del Mad Cool para su último día y el público respondió acudiendo en masa. La cuarta y última jornada en el recinto de Villaverde acogió a más de 57.000 personas, la más multitudinaria de todo el festival, y además sin sobresaltos. Esta ha sido edición más organizada, sin grandes aglomeraciones y con alternativas para volver a casa de manera lenta, pero segura.
Brandon Flowers, vestido con sobrio traje blanco con solapas negras que iluminaba la noche madrileña, desplegó una gran variedad de elegantes movimientos en el escenario. Como si de un Elvis Presley moderno se tratase, con tez impoluta gracias al maquillaje y un tupido y pulcro tupé, el líder de The Killers conquistó a un público rendido al rock más distinguido.
Un repertorio épico que arrancó con My Own Soul's Warning, que dio paso a un equilibrio constante entre grandes éxitos y temas consolidados. Las luces láser, los cañones de confeti, la iluminación y los visuales aportaron al show un aire pomposo pero rockero, eléctrico, plagado de hits incombustibles y con un guiño especial para "Daniel, de Madrid", un fan que subió a tocar la batería en For Reasons Unknown. Lo hizo tan bien que resulta imposible que fuese improvisado.
Smile Like You Mean It, Spaceman y Somebody Told Me sonaron grandilocuentes y tan vitalistas como antaño. No parece que hayan pasado casi 20 años desde su estreno, simplemente se han alojado en las mentes del público, que recita cada letra como una especie de Padre Nuestro. Todos se las saben, tanto los acólitos más enfervorecidos como los seguidores más sosegados, que no se resistieron a bailar y cantar Human a pleno pulmón antes del remate final con Mr Brightside.
Lo de The Killers y su sonido es inconmensurable, porque para qué vas a medir los decibelios de un concierto implacable, una jugada maestra que prueba que la banda está en plena forma. Tanto como para aguantar otros 20 años más sobre los escenarios.