'El tiempo no es oro' de Antonio Orozco, un viaje introspectivo con el talento de un veterano
Antonio Orozco estrena este 25 de abril el que considera el mejor disco de su carrera, El tiempo no es oro. Este proyecto es el resultado de una gran batalla personal y profesional para volver a encontrarse a sí mismo. El artista compuso este álbum a la par que gestionaba otros aspectos de su vida, consiguiendo renacer como el Ave Fénix. Y 13 canciones son el resultado de ese camino.
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Antonio Orozco y Dani Martín cantan en directo 'Te juro que no hay un segundo que no pienso en ti'

El tiempo no es oro es el trabajo más introspectivo de Antonio Orozco. El artista ha volcado en su décimo álbum todo lo que podía y más. Así lo ha defendido él mismo en numerosas ocasiones: "Sé que es mi mejor álbum porque he hecho todo lo que podía hacer".
Para crear este disco, Orozco ha estado dos años de proceso personal. Así lo vuelca en el documental El Método Orozco, una ventana a una 'terapia' personal y musical de la que salió El tiempo no es oro, pero también un autodescubrimiento único en el artista.
La producción audiovisual muestra sin tapujos cómo el cantante se puso en manos de profesionales, tanto los musicales como los físicos y los psicólogos. Y es que el coach de La Voz decidió olvidarse de todo lo anterior para hacer una inmersión profesional y personal aislado del resto del mundo, con todo lo que ello conllevaba. Y así nació este proyecto tan esperado.
13 canciones desgarradoras crean un viaje introspectivo
La llamada, una introducción de instrumentos de cuerda introduce el álbum para dar paso enseguida a El tiempo no es oro. En esta canción que pone nombre al décimo proyecto de Orozco, se reflexiona sobre que el tiempo es lo único que no se puede cambiar por nada y le da un valor extraordinario. Cantando desde las entrañas y con una profundidad que solo pueden conseguir artistas con un gran bagaje personas y profesional.
Nada más comenzar a escuchar el álbum, la poesía se convierte en la protagonista. Las letras tan especiales, reales e íntimas se apoderan del proyecto musical, y es que las canciones mantienen un ritmo similar y un sonido 'marca Orozco', y este sirve como hilo conductor de una historia vital plasmada en la música.
El single Lo inevitable continúa esta experiencia sonora, y llega para llenar de incertidumbre el amor, la ausencia y la vida. Y hablando de amor, pronto escuchamos No hay un segundo que no piense en ti, su versión en solitario de la canción que le dedica a su hija Antonella. Por supuesto, El tiempo no es oro cuenta con tan solo una colaboración, y es de esta canción con la voz de Dani Martín. La joya de la corona la reserva para el final de la experiencia sonora.
Antonio Orozco pasa le canta a la esperanza y la necesidad de tener cerca a las personas que quieres en Te estaba esperando, mientras que en El problema fue la solución el interprete de Mi héroe se centra, a través de metáforas, en su época vital más dura, en la que consiguió encontrar fuerzas de donde no las había para renacer y mejorar. Y lo hizo desde un lugar más sano, personal y profesionalmente.
Orozco continúa cantando desde lo más profundo en temas como Despierta, donde reflexiona sobre darse cuenta del momento en el que uno se encuentra. Sobre esta batalla personal y el dolor que acompaña en la vida también canta en Ni vencedores ni vencidos. "La vida puede dejarnos y el amor continuará", reflexiona Orozco.
El artista abraza la rumba en Bebé, un canto a la alegría de esa persona a la que se ama, que funciona como motor vital. El disco continúa con 607591746, la que es para Orozco la canción más importante de su vida. Sí, el título es un número de teléfono, y con la canción podemos descubrir que se trata de un bonito homenaje a una persona de la que se despide una noche deambulando por Madrid.
Se puede decir que Una bonita carta de adiós es la canción más movida del álbum, y con un ritmo con pinceladas de rock, Orozco comparte una carta de amor a primera vista y su posterior despedida. Y llegamos así a La Respuesta, que recupera la introducción para hacer referencia a que contesta a una gran llamada de su vida. "Era cuestión de tiempo, necesitaba escucharme, mirarme, y tiempo para aburrirme", reflexiona en versos hablados. El tema es el resultado de su regreso tras buscarse intensamente. Su música grandilocuente revela que estaba pensada para ser la última canción de El tiempo no es oro.
En conclusión, El tiempo no es oro es un álbum de 13 canciones con mucho potencial de ser dedicadas, y eso solo lo consiguen los temas escritos desde el corazón en los que todos se pueden ver reflejados. Este décimo disco de Antonio Orozco es más verdad que nunca, y musicalmente recopila toda la trayectoria de exploración del artista.