El triunfo de Boys Noize y Kaytranada y la decepción de Fatboy Slim en la noche del sábado de Sónar
Con las secuelas del cansancio del día anterior, aún quedaba la última noche de esta edición de Sónar. Grandes nombres como New Order, Fatboy Slim, Boyze Noise o Laurent Garnier, se presentaban en una infinidad de solapes que nos hicieron ir de un escenario a otro para no perder la amplia oferta de la última jornada del festival.
Alargar el cierre del Sónar de día hasta solaparse con el inicio del Sónar de noche es una novedad poco acertada si queremos exprimir el festival al máximo. Ya ocurrió la noche anterior con la sesión de Matías Aguayo en el Sónar Village y el inicio de Jean-Michel Jarre en el Sónar Club, en la localización nocturna.
Anoche ocurría lo mismo con las últimas actuaciones de la Fira de Montjuïc y las primeras en la Fira de Gran Vía, entre las que se encontraba New Order.
Los británicos, que ya habían actuado en 2012 con un concierto más bien descafeinado debido a la marcha de Peter Hook, volvían con un show renovado que le dio mil vueltas a su actuación en el Sónar de hace 4 años. Con un setlist que presentaba lo mejor de Music Concrete, su último trabajo, y lo mejor de su carrera hicieron vibrar un no muy abarrarotado Sónar Club cerrando, como era esperado y deseado, con Blue Monday y Love Will Tear Us Apart.
Kaytranada fue una de las sorpresas más agradables de la noche. Al descubierto en el Sónar Pub. Este joven productor haitiano supo hacer bailar al público con una mezcla de house, R&B y hip hop siendo, en mi opinión, una de las mejores actuaciones de la noche.
Tampoco decepcionó Boys Noize. El productor y DJ alemán repetía en Sónar con un espectáculo completamente nuevo con unos visuales espectaculares presentaba su nuevo trabajo Mayday. Su show se solapaba con otro gran nombre de la noche, Fatboy Slim, así que decidí ir hasta el Sónar Club para ver la sesión del británico.
Error. Si la noche anterior fue un acierto ver la mitad del concierto de James Blake para continuar con la segunda mitad de Flume, cambiar a Boys Noize por Fatboy Slim no fue nada acertado. Ya había escuchado algunas críticas de la sesión que ofreció en la inauguración de este año, y volvió a ocurrir con su actuación de anoche. Si hace 4 años fue una de los mejores directos de Sónar 2012, anoche el exceso de palmas, "put your hands up in the air" y la desconcertante Samba di Janeiro, probablemente sería el fiestón para los que se habían dejado caer por allí sin saber muy bien a qué iban. Pero no para los que queríamos una sesión característica de Norman Quentin Cook.
Finalmente el cierre se lo dividían Ben Clock, Paco Osuna, Jackmaster y Laurent Garnier, que ofreció una sesión de 7 horas.
Tras el inicio de Osuna, que no estuvo nada mal, decidí seguir la tradición de cada año y terminar la noche con Laurent Garnier en la nueva sala de cortinas rojas para su show especial, que nunca defrauda.