Los motivos por los que te gusta tanto el olor a gasolina
La revista científica Discover asegura que existen dos razones por las que el olor de la gasolina resulta tan atractivo para las personas.
Estás en una gasolinera o un garaje y disfrutas del aroma. No eres el único. Millones de personas en el mundo se sienten atraídas por el olor de la gasolina, un producto derivado del petróleo que contiene una sustancia que es la principal responsable de que el olor resulte agradable: el benceno.
¿Pero qué razones puede haber para que alguien disfrute de un aroma puramente químico? La revista Discover mantiene que existen dos razones científicas que dan respuesta a esta pregunta.
El benceno, el aroma dulce de la gasolina
No es el único componente de la gasolina pero sí el único que es dulce. Tiene un olor dulce tremendamente intenso por naturaleza, ya que la nariz humana puede detectarlo aunque solo haya una parte entre un millón en el aire que respiramos.
En los siglos XIX y XX el benceno se utilizaba en productos de higiene diaria como lociones de afeitado o geles íntimos femeninos. Sin embargo, sus usos se restringieron por sus componentes cancerígenos si se inhala en altas concentraciones.
Dos teorías: una psicológica y otra científica
La citada publicación aporta dos teorías que explicarían porqué el olor de la gasolina resulta tan atractivo. El primero es puramente psicológico y tiene que ver con los recuerdos y la memoria, y el segundo es científico.
La gasolina desencadena buenos recuerdos
Nuestra nariz puede evocar recuerdos vívidos y poderosos si capta un aroma familiar. El olor a agujas de pino puede llevarte de regreso a un campamento de verano y un cordero al horno puede transportarte a cenas navideñas en familia. Esta poderosa conexión entre el aroma y la memoria puede denominarse fenómeno de Proust, un guiño al autor francés Marcel Proust, quien describió un potente recuerdo de la infancia evocado por el olor de una galleta magdalena sumergida en té.
Así, el olor a gasolina puede hacer que nuestro cerebro forme recuerdos intensos y emocionales que permanecen en nuestro subconsciente.
El benceno tiene efecto anestesiante
La segunda teoría se centra más en el efecto del benceno sobre nuestros receptores nerviosos, los responsables de detectar el olor. El benceno, inhalado, tiene un efecto supresor y anestesiante sobre el sistema nervioso, lo que resulta en una sensación de euforia temporal muy parecida a la que producen otras drogas.