Qué frutas puede comer tu perro y cuáles están prohibidas
Las frutas son un buen complemento para la dieta de tu perro pero no todas son beneficiosas para nuestras mascotas. Te explicamos cuáles son las mejores que puedes darle y cuáles tienes que evitar.
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En su hábitat natural el perro se alimentaría principalmente de carne, por eso los piensos deben estar compuestos principalmente de proteína y prescindir o tener muy poca cantidad de hidratos de carbono.
Pero para evitar que nuestro perro se canse de comer pienso y hacer más variada su dieta, las frutas son una buena opción para completar su alimentación, aunque no todas.
Beneficios de la fruta para los perros
Las frutas aportan una gran cantidad de antioxidantes, imprescindibles para combatir los radicales libres que provocan el envejecimiento. En los perros, los antioxidantes ayudan a frenar la oxidación celular y a fortalecer su sistema inmunitario evitando enfermedades degenerativas propias de la edad.
Además, son una gran fuente de fibra que evita el estreñimiento de nuestro perro. Eso sí, hay que tener cuidado con la cantidad de fruta que le damos porque una elevada cantidad de fibra en su organismo puede provocar una obstrucción del tubo digestivo. Los expertos recomiendan que el porcentaje de fibra en la alimentación de nuestros perros no supere el 3,5%.
Las mejores frutas para perros
Dicho esto, hay unas frutas que son mejores que otras para los perros, y otras que hay que evitar por completo por ser nocivas para su salud. También hay que tener en cuenta que las pepitas son tóxicas para los perros, por lo que toda la fruta que coman tiene que estar limpias en este sentido.
A continuación te explicamos cuáles son las mejores frutas para los canes:
- Manzana. Tiene un gran aporte de vitamina C y ayuda a combatir problemas estomacales. Se recomienda darle la manzana pelada y sin pepitas, pero si tu pero tiene problemas de estreñimiento es mejor dársela con piel para que tenga más fibra.
- Pera. Al igual que la manzana, ayuda a combatir problemas intestinales. Además, como el 80% de su composición es agua, tiene muy poco contenido en azúcar y son aptas para perros con diabetes.
- Arándanos. Una gran fuente de antioxidantes que ayudan a prevenir problemas cardiovasculares en el perro. Como todas las frutas, en el caso de los arándanos es muy importante quitarle las pepitas antes de que dársela a nuestra mascota.
- Melocotón y albaricoque. Tienen un alto contenido en hierro por lo que ayudan a evitar la anemia. Además, son una fuente de fibra soluble por lo que ayudan a regular el tránsito intestinal. Tanto el melocotón como el albaricoque tenemos que dárselo a nuestro perro sin piel ni hueso.
- Melón. Es una fuente de vitamina A y E y tiene propiedades diuréticas y antioxidantes muy beneficiosas para la salud de nuestro perro. Recuerda quitarle las semillas y trocearlo.
- Kiwi. Esta fruta mejora la digestión, reduce el colesterol y es una fuente de potasio que ayuda a mejorar los músculos y la movilidad de nuestro perro.
Frutas permitidas pero con moderación
- Plátano. Aunque tiene grandes beneficios para la salud del animal, su alto contenido en fibra no soluble puede tener graves consecuencias en grandes cantidades. Prueba a darle poca cantidad y si ves que tiene diarrea después de comerlo, retira el plátano de su dieta.
- Sandía. Su alto contenido en agua es perfecto para ayudar a nuestro perro a combatir el calor. Sin embargo, su elevado contenido en fructosa hace que sea una fruta que tenemos que darle con moderación.
Frutas prohibidas
- Cítricos. Son una gran fuente de vitamina C muy necesaria para la salud del perro, pero su acidez y su alto contenido en azúcar puede provocar la obesidad del animal. Por este motivo, aunque los cítricos no son gravemente dañinos para nuestra mascota, es preferible optar por otra de las muchas frutas permitidas.
- Uvas y pasas. Provocan problemas en el hígado y en los riñones. Si nuestro perro come una gran cantidad de estas frutas, puede llegar a sufrir una insuficiencia renal.
- Aguacate. Es la fruta más tóxica para los perros. Contiene persina, una sustancia fungicida que puede provocar vómitos, dolor abdominal e incluso generar problemas en el páncreas, en los pulmones y en el corazón si se produce una ingesta elevada.