Por qué pones el belén en casa: cómo, cuándo y dónde nació esta tradición
Llega la Navidad y en muchos hogares comienzan los preparativos para adornar la casa. Además del árbol, muchas familias representan el Belén o nacimiento, una tradición cristiana que se remonta al siglo XIII.
La Navidad tiene muchísimos elementos simbólicos. No hablamos solo de las luces que iluminan las calles de todas las ciudades ni del clásico árbol con bolas y guirnaldas, existen un montón de tradiciones y objetos que defiinen y dan forma a estas fechas tan especiales.
La flor de Pascua, la estrella que guió a Reyes Magos, el muérdago y, por supuesto, el nacimiento. Una representación de la llegada de Jesús el 25 de diciembre que incluye todo lujo de detalles: los protagonistas - Jesús, María y José-, los animales, los pastorcillos que pasaban por allí y hasta la mula y el buey que calentaron el frío pesebre de Belén.
El primer belén viviente
Algunos escritos y creencias populares mantienen que el primer belén que se recreó se remonta al año 1223, cuando San Francisco de Asís quiso llevar a cabo un nacimiento viviente en la ciudad de Grecco (Italia). Desde entonces, esta tradición se mantiene en los hogares cristianos de todo el mundo.
Por qué San Francisco de Asís quiso representar el nacimiento de Jesús
La creencia popular mantiene que San Francisco de Asís fue enviado por el Papa a hablar con el sultán Malik al-Kamil, con que se estaban enfrentando en las Cruzadas. El propósito era conseguir que Kamil diese acceso al pueblo cristiano para visitar la gruta de Belén, el lugar donde nació Jesús según las Sagradas Escrituras. El sultán denegó la petición del clérigo y este emprendió el viaje de vuelta sin el resultado esperado.
Ya de regreso en Italia, San Francisco de Asís comprendió que no era necesario que los fieles viajasen hasta la misma gruta de Belén para conocer de cerca la historia del nacimiento de Jesús. Bastaba poner un poco de empeño, conocimiento y educación para que cada familia cristiana pudiese conocer la histórica escena.
Así, en 1223, San Francisco de Asís congregó a sus vecinos de Greccio para recrear el pesebre en una granja. De esta manera, el pueblo fue educándose en materia cristiana y la tradición fue pasando de generación en generación. Este mismo sistema fue utilizado por los colonizadores para propagar la fe en los territorios indígenas de América.