Cómo un juguete erótico a distancia puede revolucionar tu vida sexual
En pareja o de manera individual, los juguetes eróticos a distancia, que se controlan con el móvil, son una puerta a nuevas formas de vivir la sexualidad
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Los juguetes eróticos a distancia, también conocidos como estimuladores on-the-go, no son nuevos. Estos dispositivos con control remoto llevan en el mercado años, pero su diseño ha evolucionado tanto que ahora se pueden utilizar a través de una aplicación móvil y sin necesidad de estar cerca, ampliando sus usos. Como explica la sexóloga Ana Lombardía, este modelo de juguetería —tanto para personas con pene como con vulva— es una puerta a nuevas formas de vivir la sexualidad, en pareja o de manera individual.
"En el caso de las parejas, es una manera de animar su vida sexual, porque estos juguetes permiten compartir experiencias excitantes utilizándolos en un espacio público sin que el resto de la gente se entere”, pone de ejemplo Lombardía. Mientras una de las personas de la pareja lo lleva puesto, la otra controla el dispositivo y puede modificar las vibraciones de las que dispone. "Solo esas dos personas saben lo que está ocurriendo y ese componente secreto resulta muy excitante", añade la experta
Aunque estos modelos también incorporan un mando a distancia, el hecho de que ahora se pueda controlar a través del móvil permite su uso desde cualquier parte del mundo. “Esto permite a parejas que viven lejos y no se pueden ver físicamente seguir manteniendo y cuidando sus relaciones sexuales”, explica. “Claro que puedes tener sexting (sexo a través de mensajes) o sexo virtual sin necesidad de emplear un juguete, pero con un modelo a distancia consigues que tu pareja se involucre más en el proceso de tu excitación porque está controlando el dispositivo”, aclara Lombardía, y añade que el juguete a distancia ha ayudado mucho a las parejas durante la pandemia.
Introducir este juguete erótico o cualquier otro en la pareja abre una puerta a nuevas prácticas sexuales y, lo más importante, a la comunicación. “Comprar un juguete implica hablar con nuestra pareja sobre lo que nos gusta o no y eso es siempre muy positivo. También para el autoconocimiento”, explica Lombardía.
En su uso individual resulta muy cómodo. “Utilizar el control remoto te permite otras posturas que quizás no podrías hacer si tienes que estar manipulando directamente el juguete”, explica la sexóloga. “Y esto es una gran ventaja para personas que tienen algún tipo de limitación física y para personas con diversidad funcional que, por supuesto, también tienen deseos sexuales, se excitan y pueden disfrutar del placer”, añade.
Fáciles de usar
Los juguetes eróticos a distancia son sencillos de utilizar y existen varios modelos en el mercado como Bond, de la marca We-Vibe o Diamo, de Lovense, para personas con pene. Este anillo vibrador se coloca en la base del pene para estimular los testículos y el perineo. Suelen incorporar sistemas de ajuste para adaptarse a cualquier tamaño de pene.
Para las personas con vulva, existen el Moxie, también de We-vibe, un vibrador que estimula el clítoris y los labios y que incluye un imán que permite fijarlo mejor a la ropa interior; otros permiten la inserción en la vagina, como el Bala Vibradora Flamingo, de Magic Motion; y también los hay para el ano, como el modelo IDYLIC.
Los juguetes eróticos a distancia cuentan con diferentes modos de vibración que, como explica Lombardía, permiten ampliar la variedad de estimulación de los genitales. “No todas las personas se excitan de la misma forma, hay quien necesita caricias, otras prefieren movimientos más intensos… cada uno de estos patrones de vibración proporciona sensaciones distintas”, aclara.
Para Lombardía, lo importante es variar en los métodos de estimulación. “Si siempre nos excitamos de la misma forma puede que después nos cueste más porque nuestro cuerpo y cerebro se han acostumbrado. Mantener una variedad ayuda a que no nos aburramos”.