Los seis pasos imprescindibles para disfrutar de un orgasmo de pezón
Los órganos sexuales no tienen por qué ser siempre los protagonistas. Cuando se trata de alcanzar el clímax, hay otros actores relevantes. Los pezones juegan un papel fundamental en el sexo. Una de cada tres mujeres lo sabe bien: ellas han gozado alguna vez de un orgasmo de pezón. Para llegar a él, sólo hay que seguir seis pasos. Lee, reprodúcelos y disfruta.
Hay orgasmos vaginales, clitoridianos, mentales... y también orgasmos de pezón. Porque sí, al clímax no sólo se llega estimulando los órganos sexuales. De hecho, en el antes, durante y después del sexo no tienen por qué tener un papel protagonista. ¿O no has sentido alguna vez cómo tus genitales se estremecían al acariciarte, lamerte, mordisquearte o al agarrarte los pechos? Pues eso, un orgasmo de pezón.
No es nada nuevo. Numerosas investigaciones científicas han demostrado desde hace décadas que este tipo de orgasmos son reales y fácilmente alcanzables. Al estimular correctamente los pezones (sin manosear así porque sí), se activa la corteza sensorial genital, que es la misma región cerebral que despertamos al excitar la zona vaginal, el clítoris o el cuello uterino.
¡Magia! Un tipo de orgasmo sencillo, placentero y mucho más común de lo que te imaginas.
Es más, un estudio dirigido por el doctor Herbert Otto en 1988 recogió que casi un 30% de las mujeres encuestadas llegaron al clímax a través de la estimulación de sus pechos al menos una vez en su vida. Pero ¿cómo se consigue disfrutar de un orgasmo de pezón?
La mayoría de sexólogos defienden que se deben seguir seis pasos básicos para conseguir que una mujer disfrute de un orgasmo de pezón:
1. Acaricia la aureola. Con las yemas de los dedos, acaricia suavemente los bordes de las aureolas hasta ver que el pezón se pone erecto. Aprovecha para estimular el resto del pecho suavemente provocando placenteros escalofríos.2. Presiona ligeramente la mama. Siempre de abajo arriba y de los laterales hacia el centro, procura cubrir la mayor parte de seno posible y apriétalo como si lo fueses a masajear. Haz esto durante varios minutos acompañando y combinando el agarre con el resto de pasos.
3. Lame los pezones. Que sea circularmente, en el sentido de las agujas del reloj y siempre de abajo arriba. El orgasmo de pezón no es una ciencia exacta así que déjate guiar por sus peticiones y observa cómo se estremece de placer cuando haces una u otra cosa para asegurarte de que vas por el buen camino.
4. Mordisquea los pezones. Ojito, nada de hincar el diente. Recuerda que se trata de una zona muy sensible y no pretendemos provocar dolor sino despertar las sensaciones más orgásmicas de tu pareja. Coloca el pezón entre tus paletos y ejerce una ligera presión mientras giras tus dientes alrededor del mismo. Suavemente y como si lamieses un caramelo que te gusta tanto que quieres morderlo, pero sabes que de hacerlo acabarás con el disfrute rápida y malamente.
5. Succiona. Sin hacer vacío. Los chupetones pueden ser divertidos, pero lo que queremos es seguir estimulando las áreas sensibles de los senos para ganar la carrera hacia el orgasmo. Objetivo que no vamos a lograr dedicándonos a succionar como si sorbiésemos el final de un granizado. Sorbe los pezones suavemente como si estuvieses saboreando un helado de cucurucho ayudándote de la lengua para relamer la punta del pezón en movimientos rápidos y estimulantes.
6. Apuesta por el caballo ganador. Una vez hayas detectado qué movimiento o combinación de varios es la que más le está excitando, intensifica sin variar hasta llegar al final. Si ella siente esa esperada ovación cerrada en las paredes de su vagina como si hubieses estado estimulando su clítoris o cuello uterino, prueba gozada y conseguida.
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