25 años de 'Titanic': del trauma de Kate Winslet al juicio de James Cameron
Una bella historia de amor y una histórica tragedia son los ingredientes fundamentales de Titanic, la gran producción de James Cameron que, 25 años después, se ha convertido en un clásico del cine. A lo largo de todo este tiempo, mitos, rumores y secretos han hecho crecer la leyenda y han alzado a Jack (Leonardo DiCaprio) y Rose (Kate Winslet) al firmamento de estrellas de Hollywood.
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El 19 de diciembre de 1997, hace ahora 25 años, se estrenó la película sobre la gran historia de amor que tuvo como escenario la tragedia del primer y último trayecto del RMS Titanic. Una cinta que logró batir todos los récords: hasta ese momento fue la producción más costosa del cine —200 millones de dólares—, consiguió hacerse con 89 premios —11 Oscar entre ellos— y fue la película más taquillera de la historia —en la actualidad ocupa el tercer puesto tras Avatar, también dirigida por James Cameron, y Vengadores Endgame—.
Si Titanic se convirtió por méritos propios en una de las películas míticas de la historia del cine; sus protagonistas, Kate Winslet y Leonardo DiCaprio, pasaron a ser dos de los actores más fascinantes de la industria de Hollywood; y la canción My heart will go on, interpretada por la artista canadienseCéline Dion, en una de las bandas sonoras más vendidas del mundo.
Y aunque ha pasado un cuarto de siglo desde que el fenómeno Titanic traspasara las pantallas, la historia, el rodaje y sus protagonistas han seguido siendo noticia y acaparando titulares a lo largo de todos estos años.
Estas son algunas de curiosidades y anécdotas que se han ido descubriendo con el paso del tiempo y que han contribuido a alimentar la leyenda de Titanic.
Leonardo DiCaprio, a punto de perder el papel
Aunque para los fanáticos de Titanic es incuestionable que los personajes de Jack y Rose estaban escritos para Leonardo DiCaprio y Kate Winslet, el director se ha encargado de echar por tierra esta creencia. Matthew McConaughey, Christian Baley Paul Rudd fueron algunos de los candidatos que se barajaron para el papel de Jack Dawson —especialmente el primero—.
Además, hace apenas unas semanas que James Cameron —en plena promoción de Avatar: el sentido del agua— contó en una entrevista en la revista GQ que el intérprete de El lobo de Wall Street casi se queda fuera porsu actitud chulesca en las pruebas.
Con la decisión clara de que Winslet iba a ser la protagonista de la historia de amor, comenzaron las audiciones con DiCaprio, que también era del agrado del director. Le citaron para una prueba en la que los dos tenían que leer y el actor, con actitud un tanto soberbia, contestó: 'Oh, yo no leo'. 'O lees o no vas a conseguir el papel', respondió Cameron tajante, negándose a tomar la decisión sin estar totalmente seguro. Finalmente, DiCaprio escuchó al equipo y accedió a leer. Y ya, sin duda ninguna, el creador de Avatar supo que era el hombre.
Winslet, traumatizada
La segunda parte de Avatar ha vuelto a hacer coincidir, después de 25 años, a James Cameron y Kate Winslet en un proyecto cinematográfico y, durante la promoción del que promete ser el gran estreno de este año, el actor también ha hablado de la protagonista de El lector.
En otra de las entrevistas ofrecidas por el director, éste ha dado su opinión sobre lo que supuso para Winslet rodar esta película, debido a la magnitud del proyecto: "Creo que Kate salió de Titanic un poco traumatizada por la escala de la producción y su responsabilidad dentro de ella".
Una responsabilidad que la actriz británica asumió, como contó al diario Los Ángeles Times, haciendo frente a jornadas de 20 horas de trabajo, a rodar por la noche y a sufrir una hipotermia tras estar muchas horas metida en el agua sin neopreno debajo —porque ella así lo decidió—.
[[H3:El ‘no’ de Céline Dion]]
La canción protagonista de la banda sonora, My heart will go on, fue compuesta por James Horner que pensó, como primera opción, en una cantante noruega llamada Sissell Kyrkjebo para interpretarla aunque finalmente no pudo ser.
La segunda artista a la que se le ofreció cantarla fue Céline Dion. La canadiense se negó en un principio pues consideraba que era un paso atrás en su impecable carrera y fue su marido, René Angelil, que también actuaba como manager de la artista, el que terminó convenciéndola para grabar el tema. La versión de Dion encantó al exigente director James Cameron y a millones de personas en el mundo que la alzaron como uno de los grandes éxitos musicales del cine.
Cameron, mucho más que un director
Una de las curiosidades que más titulares despertó en su día tiene que ver con las manos del supuesto joven Jack que pintan el retrato de Rose desnuda. No, no son las del actor Leonardo DiCaprio, ni tan siquiera las de un especialista; el autor del dibujo es el propio director de la película.
El retrato se subastó en 2011 y se pagó por él la nada desdeñable cantidad de 16.000 dólares.
¿Cabían los dos en la tabla?
Es una de las cuestiones más controvertidas de la película: Jack podría haberse salvado, pues las dimensiones de la tabla permitían que los dos se mantuvieran a flote sobre ella.
Muchos han sido los fans de Titanic que han estudiado la dramática escena al milímetro y han llegado a la conclusión de que los dos cabían sobre el trozo de madera del que dependía su vida y, según ellos, el tablón era lo suficientemente grande para que la pareja hubiese esperado sobre él a ser rescatada.
Muchos años después, el director de la cinta reconoció en una entrevista que sí, que por dimensiones los dos podrían haberse salvado, pero era una cuestión de flotabillidad. "Jack sube a Rose a la tabla y después se sube él; no es idiota, no quiere morir, pero entonces la tabla se hunde. Ahí es cuando queda claro que sólo puede flotar con una persona, y Jack decide que sea ella", explicó.
Y por si esta aclaración no fuera suficiente, Cameron zanjó el tema de manera definitiva: "La respuesta es muy simple: porque estaba en la página 174 del guion y decía que Jack moría. Muy sencillo".
Los detalles más reales
La obsesión del director por recrear exactamente lo que ocurrió en ese histórico crucero que acabó siendo una de las tragedias más conmovedoras ocurridas en el mar, también se tradujo en la duración de la película.
Dos horas y cuarenta minutos fue el tiempo real que transcurrió entre la colisión y el hundimiento del trasatlántico y ese es el metraje exacto de la cinta que se desarrolla en 1912 —la primera y la última parte se sitúan en 1996—.
Además, el choque de la gran embarcación se prolongó durante 37 segundos, que es exactamente el tiempo que dura en el filme el impacto con el iceberg.
Otro de los detalles que no escaparon a la supervisión del director fue la hora a la que ocurrió todo. Al final de la película, cuando Rose termina de contar su historia, se queda dormida y sus recuerdos le llevan de vuelta al Titanic y a Jack, que le extiende la mano para que regrese con él. El reloj que hay detrás marca las dos y veinte de la madrugada, la hora en la que el barco terminó de hundirse totalmente en el mar.
Y los errores
Como con toda gran película —esas que los fanáticos pueden llegar a ver cientos de veces sin cansarse— tarde o temprano los errores de continuidad terminan saliendo a la luz. Y Titanic no es una excepción: un lunar en la mejilla que alterna derecha e izquierda, un collar que aparece y desaparece, un peinado que se transforma diez segundos después… son algunos de los fallos que se han ‘cazado’.
Claro que a lo largo de estos 25 años, además de estos equívocos que todos podemos ver si nos fijamos con atención, algunos especialistas han identificado otras imprecisiones históricas —como que la orquesta que toca hasta el final estaba compuesta por ocho músicos y no seis—; o físicas —como la imposibilidad de que el sol estuviese en esa posición y no de cara en la mítica escena de Jack y Rose en la proa del barco— que han escapado a la exhaustiva visión del director.
O también que en una de las escenas Rose está observando uno de los cuadros más famosos de Picasso, Las señoritas de Avignon, en el barco. Aunque esto no sucedió, ya que si esta obra hubiera viajado en el Titanic habría acabado bajo del mar. Se encuentra expuesto en el MoMA de Nueva York.
Pero uno de los errores más caros para el director tuvo como protagonista a William McMaster Murdoch, el primer oficial de la embarcación. En la película este se presenta como un ser un tanto ruin al aceptar el soborno del que iba a ser el prometido de Rose para salvarle antes que a los amigos de Jack y termina suicidándose en un acto de cobardía. La sobrina del marino llevó a juicio a Cameron por haber mentido sobre lo ocurrido con su tío durante la tragedia y reparar su honor.