La historia real tras 'As Bestas', la película de Rodrigo Sorogoyen ganadora de ocho premios Goya
As Bestas ha sido la gran triunfadora de los premios Goya 2023. El thriller rural dirigido por Rodrigo Sorogoyen, uno de los mejores estrenos de 2022, se ha hecho con ocho premios, incluidos Mejor película y Mejor director. Detrás de la tensa y hostil trama de la cinta se esconde uno de los sucesos que conmocionó a Galicia en la pasada década: el crimen de Santoalla.
La película As Bestas, dirigida por Rodrigo Sorogoyen, se ha erigido como la gran triunfadora de los premios Goya 2023. El thriller rural se ha hecho con ocho premios Goya, entre ellos Mejor película, Mejor director, Mejor actor protagonista y Mejor Guión original.
As Bestas, que se estrenó el pasado el pasado 11 de noviembre y fue un éxito en taquilla, cuenta la historia de Antoine y Olga (Denis Ménochet, Marina Foïs), una pareja francesa que se instala en una casi despoblada aldea del interior de Galicia en busca de la paz y el contacto con la naturaleza. Su tranquila vida solo se ve alterada por el conflicto con los hermanos Anta (Luis Zahera, Diego Anido), pues su negativa a ceder sus tierras a una empresa que quiere instalar molinos eólicos desencadena la furia de sus vecinos.
El argumento de este thriller rural, de disputas feroces entre vecinos, bien podría haber pertenecido a la historia reciente de muchos pueblos de la España vaciada, pero la trama de la película tiene una inspiración concreta, como confirmó su director, que aclaró que no es una crónica exacta. Se trata del famoso Crimen de Santaolalla.
El asesinato que conmocionó a Galicia
En junio de 2014, cuatro años después de su desaparición, los restos del cuerpo quemado de Martin Verfondern fueron localizados, por casualidad, en un pinar, junto a su coche. Este vecino holandés de la aldea de Santaolalla, en el municipio orensano de Petín, fue asesinado de un tiro en enero de 2010 y estuvo escondido en un paraje durante todo ese tiempo.
Esto es lo que concluyeron las investigaciones policiales, que acabaron con la detención de Juan Carlos y Julio Rodríguez, los dos hermanos que vivían junto a sus padres en la aldea habitada por solo por dos familias: la familia Verfondern y la familia Rodríguez.
Martin Verfondern y su mujer habían llegado en 1997 desde Amsterdam a vivir en esa pequeña aldea buscando el contacto con la naturaleza y la tranquilidad del entorno. Con la familia vecina, la familia Rodríguez, mantuvieron una estrecha relación y de ellos aprendieron algunas de las tradiciones del lugar, hasta que los extranjeros descubrieron que tenían derechos sobre el monte comunal y lo reclamaron en los juzgados.
A partir de ese momento la tensión entre ellos fue en aumento, hasta el punto de que las amenazas a Martin pasaron a formar parte de la cotidianeidad de la aldea. Muchas de ellas quedaron grabadas en el disco duro de Verfondern y él mismo se encargó de hacérselas llegar a la Guardia Civil y a la prensa local. Esas grabaciones también estuvieron en poder de Silvia R. Pontevedra, periodista de El País encargada del mediático crimen de Santoalla, y en ella se oye decir a Juan Carlos Rodríguez: “Voy a por ti. Que estás muy gordo ya para matarte”.
Además, el holandés, denunció también “sabotajes a sus cosechas”, la muerte de una oveja o el supuesto golpe “con el mango de un hacha” que le propinó el patriarca del clan y cuyas fotografías fueron publicadas en El País.
Las pesquisas policiales terminaron confirmando que el extranjero murió de un disparo cuando regresaba de la compra en su coche, un Chevrolet. El tiro se lo propinó Juan Carlos, el hijo pequeño, quien sufría una discapacidad del 70%, y que confesó en primer lugar. Su hermano Julio también terminó reconociendo que fue quien escondió el cadáver y el coche en un paraje a 18 kilómetros de Santoalla.
Margo, la viuda, la única vecina de Santaolalla
En noviembre de 2014 los hermanos fueron detenidos: el primero entró en prisión y el segundo quedó en libertad acusado de un delito de encubrimiento. Sus padres, Manuel y Jovoita, abandonaron entonces la aldea, dejando a Margo Pool, la viuda de Martin Verfondern, como única habitante de Santoalla, donde decidió quedarse a vivir y dio sepultura a su marido.
Margo fue precisamente espectadora privilegiada de As Bestas antes de su estreno. La vio en exclusiva en su casa de la aldea, acompañada del director Rodrigo Sorogoyen y la guionista Isabel Peña.
“Está basada en lo que sucedió y refleja bien lo que pasó con Martin en Santoalla, pero es una película”, contó la viuda a La voz de Galicia el pasado noviembre. Aunque para saber lo que realmente ocurrió recomienda el documental Santoalla, de Andrew Becker y Daniel Mehrer. “Esto es una película, el documental es nuestra historia”, matiza.