El lado personal de Daniel Brühl: su edad, cuántos años lleva con su pareja y sus hijos
Daniel Brühl reside entre España y Alemania porque aunque nació en Cataluña, vive en Berlín junto a su mujer y sus dos hijos. El actor tiene una faceta empresarial y lleva un bar de tapas en la capital germana, que lo compagina con sus proyectos artísticos.
Daniel Brühl saltó a la fama en 2003 con su participación en Good Bye, Lenin!, lo que le permitió darse a conocer y trabajar con directores de la talla de Quentin Tarantino o Ron Howard. En estos 20 años, hemos podido moverse entre España -donde nació- y Alemania, el país donde actualmente reside.
El actor de 45 años nació en Barcelona y a las pocas semanas se mudó junto a su familia a Colonia. Sus inicios en la interpretación se dieron en los 90, cuando lo cogieron para la serie Verbotene Liebe (Amor prohibido), una producción germana en la que participó en 16 episodios.
Su debut en el cine se dio en 1995 para el film Paradise Mall, siendo esta la primera baldosa de un largo camino en la gran pantalla, donde destacan películas como Los edukadores, El ultimátum de Bourne o Sin novedad en el frente. Sin embargo, se llevó un premio del Sindicato de actores de Hollywood por Malditos bastardos, otros dos premios a Mejor actor europeo por Laberinto de sexo y muerte y Good Bye, Lenin!.
El bar de tapas de Daniel en Berlín
Además de su faceta como actor, Daniel Brühl tiene un bar de tapas en el berlinés barrio de Kreuzberg, llamado El Raval en honor al conocido barrio de Barcelona. "Me siento orgulloso de la riqueza española. Queremos que los alemanes aprendan que en nuestro país no solo hay jamón serrano y croquetas", contó en una entrevista en El País en 2018 al hablar del local, decorado con grafitis típicamente alemanes, pero en el que sirven platos como pulpo a la gallega, patatas bravas y pimientos de Padrón.
Recientemente, contó que había organizado en su bar una fiesta para comer calçots y le parecía muy divertido ver a los alemanes intentando comerlos: "Fue una gran fiesta. Medio Kreuzberg olía a cebolla, los alemanes no sabían cómo comerse los calçots... Me hace muy feliz seguir viviendo la cultura catalana cuando estoy en Berlín, aunque sea desde la cocina y desde el bar".
Felicitas Rombold, la pareja de Daniel
El catalán es muy discreto con su vida privada, sin embargo, de vez en cuando comparte en redes sociales imágenes con su mujer Felicitas Rombold, una psicóloga con la que lleva 14 años.
Se conocieron en un bar de Berlín. "Me hace muy feliz que no sea modelo, ni actriz, ni cantante", contó sobre ella en una entrevista publicada en 2013 en El País. Ya entonces manifestó su deseo de formar una familia, aunque no le gustaría ser padre de actores. "Lo mío ha salido bien, pero me ha costado mucho. A los dieciocho, que hagan lo que quieran".
Los dos hijos de Daniel
En 2016, la feliz parejita trajo al mundo a su hijo Anton Hanno. Sabemos que tienen un segundo descendiente, no obstante, no hay mucha información al respecto. "Culer lo seré siempre, eso no va a cambiar nunca. Y mis hijos también lo son", reveló hace pocos meses en El Nacional.
En varias entrevistas, como la mencionada arriba, ha hablado de su lado como padre: "Después, cuando tienes hijos, te das cuenta de que hay algo más importante en la vida que el trabajo o que uno mismo. Ser padre, pero también mantener una relación larga con mi mujer, y mantener una cierta tranquilidad, no demasiada porque quieres seguir estando ahí, todo eso forma parte de una fase de la vida que me gusta muchísimo. Este otoño de la vida...".
Su faceta de hipocondríaco
Las confesiones personales de Daniel Brühl no son habituales, pero el actor no tiene problemas en reconocer que es hipocondríaco desde pequeño.
En el verano de 2011, cuando ya tenía 33 años, sintió pánico por la llamada "crisis del pepino". "Cuando leo algo sobre alguna enfermedad en internet, automáticamente la padezco. El caso extremo fue el verano pasado, cuando el pepino español estaba bajo sospecha de haber causado un brote infeccioso de E.coli. Sentí pánico durante semanas y cada vez que iba al lavabo pensaba ‘ya está, ya tengo E.coli'", explicó en una entrevista con el diario berlinés B.Z.
Su novia es una aliada en su aliada en este tratamiento. "Me entran ataques de pánico y estoy seguro de que tengo tal o cual enfermedad", explicó en El País. "He visto a médicos por las razones más absurdas. Como ella es psicóloga sabe que es algo patológico. Ella me psicoanaliza. He mejorado un poco. Mi profesión me ha ayudado a enfrentarme a grandes miedos".