Luis Zahera: sus inicios en Nueva York, por qué se ha rapado para parecer calvo y su faceta como humorista
No pierde el acento gallego de su tierra ni siquiera para desempeñar sus papeles en el cine o las series, ya que su tono de voz se ha convertido en uno de sus sellos propios. Repasamos la trayectoria de Luis Zahera, un secundario imprescindible.
El eterno secundario de la ficción española no reniega de los papeles que le ofrecen pero tampoco quiere encasillarse. Sus rasgos duros, su marcado tono de voz y la facilidad para proyectar un carácter fuerte le han ayudado a desempeñar con facilidad papeles de villano o policía, personalidades que adopta con singular talento. Junto a Nathalie Poza participa en La Unidad, que el día 18 estrena su segunda temporada en Movistar.
Su edad, sus inicios y un Goya por El Reino
Luis Zahera nació en Santiago de Compostela en el año 1966. A sus 55 años, puede decir que ha conseguido convertirse en uno de los principales rostros de la ficción española.
La fama le llegó en 2009 con la película Celda 211 y aunque el cine español lo ha colocado en la vitrina del eterno pero reconocido secundario, no es capaz de ver el resultado de sus proyectos. Se fía de la palabra de su tía Cefe, que "tiene 92 años y siempre me dice que lo hago muy bien pero que abro mucho los ojos", cuenta en El Mundo.
Para el actor es imposible verse en pantalla, no puede evitar buscarse los defectos y encontrar errores que a través de otros ojos quizá ni siquiera lo serían. En 2019 recibió el Goya al mejor actor de reparto por su trabajo en El Reino y aunque siempre quiso dedicarse a la interpretación, le costó encontrar su sitio. Las ficción gallega Mareas Vivas le dio estabilidad durante años: desde 1998 hasta 2003.
Todos los trabajos que aceptó en Nueva York
Aunque durante los primeros años de los 90 había probado suerte en el teatro, Luis Zahera decide en 1992 cruzar el charco y buscarse la suerte en Nueva York. Allí trabajó en multitud de empleos que aunque no le reportaron grandes beneficios económicos, sí le enseñaron el valor del esfuerzo y el trabajo.
"Yo siempre quise ser actor, pero no era capaz de ir a los casting porque me moría de miedo. Mi madre tenía un contacto en Nueva York y así surgió en el 90. Allí aprendí a brujulear currando de todo: colgando abrigos en un restaurante de lujo, pintando, hice demolición... Hasta en las Torres Gemelas, que luego mira lo que pasó y el día que cayeron me llamó mi padre por si yo tenía algo que ver", contó en una charla con Pablo R. Roces para El Mundo.
Aquella experiencia le sirvió para ganar confianza y atreverse por fin a ir a un casting. "Me sirvió de mucho, le recomiendo a todos los jóvenes que estén un poco perdidos que se larguen de este país y se aireen en Irlanda, en Escocia o donde quieran", apuntó.
"No fumé tantos porros en los 80"
En la misma entrevista, el actor profundiza en las dificultades a las que tienen que enfrentarse los jóvenes que hoy en día quieren dedicarse al séptimo arte. Y no solo ellos tienen el camino lleno de obstáculos. La precariedad ha hecho mella en una generación y él, que tiene siete sobrinos, es consciente de ello.
"Antes teníamos intuición, pero es que ahora sólo veo niebla en el futuro, no puedo ir más allá. Y no fumé tantos porros en los 80 como para haber perdido el raciocinio", dice sobre el incierto futuro que ve al mundo de la cultura y la política. La guerra interna del PP por el espionaje a Ayuso para investigar una supuesta comisión al hermano de la Presidenta es ejemplo de ello.
Por qué se ha rapado para parecer calvo
El actor sorprendió en la pasada gala de los Premios Goya con un look muy diferente al que nos tiene acostumbrados. Zahera se deshizo de su melena rizada y canosa para tirar de maquinilla y raparse al cero. Un nuevo aspecto que no se debe a un capricho del intérprete, sino a las exigencias del guion del proyecto que tiene entre manos.
"Ahora me he rapado la cabeza porque tengo un nuevo malo y ya no sé cómo ponerme. Pensé en hacerle un homenaje a Lex Luttor. Pero estoy muy feliz aunque tenga que hacer toda mi vida de malo", le contó al periodista de El Mundo el pasado mes de febrero.
Su faceta como humorista
La comedia es una de sus grandes pasiones. El actor lleva años desarrollándose en el mundo del humor gracias a monólogos y textos donde explora su vis cómica. El pasado mes de febrero presentó en el Teatro Flumen de Valencia el espectáculo Chungo, un show donde repasa anécdotas y vivencias personales en clave humorística.