De qué va 'Alcarràs', la película de Carla Simón que ganó el Oso de Oro en el Festival de Berlín
La opinión parece unánime: Alcarràs es una de las mejores películas españolas de los últimos tiempos y el historial de galardones que acumula así lo confirman. También las 11 nominaciones a los premios Goya.Carla Simón, su directora, ha firmado con su segundo largometraje un delicado drama rural y familiar en el que sobresalen las actuaciones de sus protagonistas.
La historia real tras 'As Bestas', la película de Rodrigo Sorogoyen nominada a 17 premios Goya
Carla Simón: su trágica historia personal y su lucha contra la estigmatización del sida
Dicen de Alcarràs que es la mejor película española en mucho tiempo. Y aunque finalmente quedó fuera de la carrera por el Oscar, el segundo largometraje de la directora Carla Simón acumula suficientes reconocimientos, premios y éxito en taquilla para dejar en una sencilla anécdota el que no haya sido seleccionada para competir por la estatuilla a Mejor película internacional.
El verdadero hito de Alcarràs, el que colocó esta película en la escena internacional fue el Oso de Oro que ganó en la Berlinale, el festival de cine de Berlín, uno de los premios más prestigiosos del circuito europeo. La de Carla Simón se convirtió en la primera cinta en catalán reconocida con este galardón y en la primera película en lograrlo después de 39 años —la última fue La Colmena de Mario Camús en 1983—.
La película de Simón no parte como favorita en los premios Goya por el número de nominaciones que acumula —opta a 11 Goyas, frente a las 17 de As Bestas y las 16 de Modelo 77—, pero sí está entre las preferidas de los expertos en las más importantes categorías: película, dirección, montaje, dirección de producción, dirección de arte, dirección de fotografía, y actor y actriz revelación.
Sorprendentes han sido precisamente las nominaciones de Anna Otín, Albert Bosch y Jordi Pujol en las candidaturas que reconocen a los mejores actores revelación pues la directora catalana apuesta por un reparto formado por gente de la calle haciendo de sí misma.
Alcarràs, un delicado drama rural
“Alcarràs se trata de una historia sobre la pertenencia a una tierra, a un lugar. Un drama sobre las perpetuas tensiones generacionales, la superación de antiguas tradiciones y la importancia de la unidad familiar en tiempos de crisis", resumía Simón el argumento de la película.
Efectivamente, en un caluroso verano de un pueblo de Lleida, el que da nombre a la película, se sitúa la historia de la familia Solé, un clan que durante generaciones ha dedicado el verano a recoger los melocotones que han cultivado. Pero un día, esas rutinarias jornadas de la familia se ven amenazadas cuando el patriarca de la familia fallece. El propietario de esos terrenos da por finalizado el contrato verbal que tenía con el abuelo y su intención es utilizar el suelo para instalar paneles solares. Ese es el verano de la última cosecha a la que todos los miembros de la familia Solé se unen.
"Alcarràs puede leerse desde muchos puntos de vista: como la reivindicación de la identidad de un oficio, el del campesinado tradicional, que se identifica con la tierra y sus frutos; como el retrato orgánico y vivaz, exento de maniqueísmos, de la crisis de una familia provocado por un dilema moral; como una reflexión sobre cómo el progreso borra los rastros de la Historia”, explicaba Sergi Sánchez en Fotogramassobre la película que esta publicación especializada considera una de las mejores del siglo XXI.
Para K. Austin Collins, crítico de la revista Rolling Stone, se trata de "un poderoso drama sobre una familia dividida que lucha por su futuro”. Y esta es solo una de las numerosas buenas críticas internacionales que se han escrito sobre esta película.
“Esta es una película realmente astuta, empática y sutil que te envuelve en su polvo, sudor y calor”, dijo de ella Peter Brasdaw en The Guardian. "Un drama coral hermosamente concebido y con actuaciones exuberantes (...) Un estudio conmovedor y sinuoso de una extensa familia que se ve obligada a abandonar su granja", apuntó Guy Lodge en Variety. Y Tim Robey en The Telegraphafirmó que la directora "demuestra un control total de la improvisación y el tono, presentando una visión seria pero soleada de un final”.