¿Por qué no está nominada Sofía Otero, la niña de ‘20.000 especies de abejas’?

El próximo 31 de marzo Sofía Otero cumplirá 11 años pero, pese a su juventud, ya cuenta en su currículum con uno de los premios más prestigiosos del cine europeo: el Oso de Oro del Festival Internacional de Cine de Berlín.

Fue el pasado 25 de febrero de 2023, cuando la jovencísima actriz de Basauri (Vizcaya) recogió la preciada escultura en la 73ª edición de la Berlinale por su papel protagonista en la película 20.000 especies de abejas, dando vida a una niña trans en busca de su identidad. Con solo nueve años se convirtió así en la segunda actriz más joven en ser reconocida con este galardón, detrás de Kimia Hosseini, que tenía siete años cuando estrenó la película iraní Nader y Simin.

La pequeña, entre lágrimas, agradeció ese premio “tan especial” al jurado, además de a su familia, al equipo de la película y a la directora Estíbaliz Urresola Solagurén, “la mejor directora que se puede tener”.

Ahora, en la 38ª edición de los Premios Goya, los reconocimientos más importantes del cine español, la película inspirada en un caso real de un joven de 16 años que se quitó la vida en el País Vasco, parte como una de las grandes favoritas con 15 nominaciones. Entre esas candidaturas, la de Mejor película, Mejor director novel, Mejor guion original y Mejor actriz protagonista a Patricia López Arnaiz.

Por el contrario, la niña Otero no escuchará su nombre desde el escenario ni recogerá un Goya por su interpretación porque, como dictan las normas, no puede estar nominada. Tal y como recogen las bases de los Premios Goya 2023, “las personas candidatas para cualquiera de los Premios deberán ser mayores de 16 años a 31 de diciembre de 2023”.

Lo que con toda probabilidad será desfilar por la alfombra verde de la Feria de Valladolid junto a sus compañeros porque la joven actriz no se ha perdido ningún festival donde estuviese la película, aunque no diese ninguna entrevista.

¿Una norma exclusiva de los Goya?

La decisión de la Academía de Cine de excluir a los menores de sus candidaturas no es una novedad: hace 12 años, en 2011, bajo la presidencia de Enrique González Macho, la institución decidió incorporar a las bases de los Goya 2012 la determinación de prohibir que los actores de menos de 16 años recibieran un premio. Y la razón principal, como ellos mismos explicaron, es una cuestión de protección.

"Los niños que ganaban un Goya pasaban a ser miembros activos de la Academia, lo que implica circunstancias legales no exigibles a un menor", como votar en las elecciones y pagar las correspondientes cuotas a la Academia, aclararon entonces en redes sociales.

Posteriormente, detallaron que un Goya "puede provocar a los menores de 16 años una serie de factores externos que condicionen su desarrollo profesional y personal sin el criterio y la responsabilidad que se le debe exigir a un profesional con la madurez deseable" y consideran necesario evitar la exposición pública que supone un premio así.

Hasta esa edición de 2012, seis actores menores habían conseguido llevarse “el cabezón por su trabajo”:

• Andoni Erburu tenía 10 años cuando lo recogió en 1997 por Secretos del corazón
• Juan José Ballesta fue premiado por su papel en El Bola en 2001 cuando tenía 12
• En 2007 fue Ivana Baquero la reconocida con un Goya por El laberinto del fauno con 12 años
• Nerea Camacho, también con 12, fue premiada por Camino en 2009
• y Francesc Colomer y Marina Comas fueron galardonados con el Goya en 2011 por su trabajo en Pa negre, con 11 y 9 años respectivamente

Esta limitación de edad no existe en otros festivales de España. En San Sebastián, por ejemplo, Carla Quílez, protagonista de La maternal, recogió la Concha de Plata del Festival en 2022.

Mientras tanto, fuera de nuestro país, además del ejemplo de la propia Sofía Otero, Quvenzhané Wallis, protagonista de Bestias del sur salvajes, se convirtió en 2013 en la actriz más joven en obtener una nominación al Oscar a Mejor actriz.