Quiénes son los cuatro finalistas de Masterchef y cómo eran sus vidas antes del programa
Maria Lo, Verónica, David y Adrián se juegan este lunes el título de décimo Masterchef de España. Los cuatro aspirantes llegan al último programa después de una edición llena de retos, chefs de gran renombre y mucho sabor.
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La décima edición de MasterChef coronará a su ganador o ganadora este lunes. Maria Lo, Verónica, David y Adrián sueñan desde que entraron a las cocinas de RTVE con convertirse en el ganador de programa, capaz de cambiarle la vida a muchos de los aspirantes que pasan por él.
Sin ir más lejos, Carlos Maldonado, el tercer campeón, tiene Raíces, su restaurante en Talavera de la Reina con el que ha conseguido nada más y nada menos que una estrella Michelín y un Sol Repsol. Esta noche visitará las cocinas y guiará a los concursantes para llevar a cabo una de sus recetas.
Maria Lo, la gran favorita
El buen hacer de Maria Lo durante todo el concurso la ha alzado como la gran favorita de la edición para ganar el duelo final.
De padre chino y madre gadinata, esta joven de 32 años nacida en Cádiz ha demostrado tener talento para los fogones. Ha recibido grandes piropos de los jueves Pepe Rodríguez, Samantha Vallejo-Nágera y Jordi Cruz, que la ha adoptado como su "caballito ganador".
Una de las curiosidades de su paso por Masterchef es que coincidió con su expareja, Teresa, que también fue seleccionada como concursante.
Lo ha contado que ella fue la que le dio la inspiración para empezar en la cocina y aunque fue expulsada a mitad de edición se llevaron a las mil maravillas. Ambas tenían nuevas parejas y recordaron su relación con mucho cariño.
Maria Lo ya se había presentado al casting de Masterchef para otra edición pero no fue seleccionada. Este último casting lo vivió completamente sola, ya que no quiso contar a nadie que lo estaba intentando por segunda vez para no ser gafe. Y le funcionó, sin lugar a dudas.
En sus redes sociales comparte vídeos y recetas propias con mucho sabor.
David, del cine para adultos a los fogones
David ha encontrado en Masterchef la gran oportunidad de su vida. Este madrileño de 38 años ha dado un giro radical a su futuro gracias al programa culinario, que le abre nuevos horizontes.
Antes se dedicaba al cine para adultos bajo el pseudónimo de Leo Gálvez. Además, las adicciones formaban parte de su día a día. Aunque ya ha superado esa etapa, siente un profundo agradecimiento a sus padres, que lo apoyaron de manera incondicional a pesar de las dificultades. "Quiero que esté orgulloso de mi y quiero demostrarle que soy un guerrero", contó sobre su padre, que atraviesa un cáncer terminal.
David incluso estudió Integración Social para ayudar a otras personas que pasen por su misma situación. "He sido una persona con tendencias adictiva durante muchos años, con un consumo muy elevado", dijo en el programa.
Su hijo es su mayor fuente de inspiración. Está separado de la madre del pequeño y en el programa no ha hablado de ninguna nueva relación sentimental.
Verónica, la salmantina que se quitó la coraza
A Verónica le ha costado mucho hacerse un hueco en el programa. Los inicios no fueron fáciles.
El estrés por las grabaciones, la complicada convivencia con sus compañeros detrás de las cámaras y las valoraciones negativas del jurado mermaron su espíritu luchador. Sin embargo, con esfuerzo y constancia, esta salmantina se ha hecho un merecido hueco en la final de MasterChef. Antes de entrar en las cocinas del show trabajaba como directora de arte en una agencia de publicidad de Madrid.
Su novio, Jaime, lo es desde hace más de diez años. Tienen una relación estable y consolidada y el joven no dudó en acudir al programa para darle una sorpresa a su chica, que con el paso de los programas ha conseguido quitarse la coraza y aprender a gestionar las malas críticas. Tiene dos gatos, Lino y Lana.
Adrián, de la cárcel a un futuro cocinando
Este bilbaíno de 28 años ha emocionado más de una vez al público del programa con su dramática historia familia. "Le quiero con toda mi alma, aunque tomó malas decisiones", dijo sobre la relación con su padre, que fallecía cuando él era pequeño en un acccidente de moto. Ha contado que "le gustaba beber" y que cuando llegaba a casa "de malas" cargaba contra él.
Estos problemas en casa le condujeron por el mal camino. Salía mucho de fiesta y se peleaba. "Era porque necesitaba desahogarme de casa. Estaba hecho un lío", contó sobre aquellas agresiones de las que a día de hoy se siente avergonzado. "Me arrepiento de haber tenido a mi madre en vilo toda la noche", aseguró.
En una de esas peleas nocturnas agredió a un chico que "acaba de salir de la cárcel". "Se descontroló y me defendí. Le hice una serie de lesiones, no tenía dinero para pagarlas", aseguró sobre el motivo que lo llevó a él a terminar entre rejas, una experiencia que duró tres meses y que le ha marcado de por vida.
"Lo pasé fatal, ahí me vi solo. Es una etapa muy dura y complicada que se la deseo ni a mi peor enemigo", aseguró.