"Toqué fondo": Rubén Cortada explica el drama que le apartó de la interpretación
Rubén Cortada, que no acostumbra a hablar de su vida privada, charla con Luz Sánchez Mellado de uno de los peores momentos de su vida. Varios factores propiciaron que se apartase de los focos.
Llevaba años sumergido en el mundo de la interpretación y el modelaje, pero su papel en la serie El Príncipe allá por 2014 le dio el éxito de masas.
Rubén Cortada encandiló al público con su talento pero también con un innegable atractivo físico, una dote que descubrió en el colegio. "Las niñas me miraban", recuerda en una charla para El País con la periodista Luz Sánchez Mellado.
El golpe que lo apartó de los focos
Sin embargo, algo provocó que ese ascenso meteórico al pódium de los actores más deseados se viese abocado por un silencio de casi ocho años. Rubén Cortada se apartó de los focos y la atención mediática casi de un día para otro. Un duro golpe en su vida personal paralizó sus proyectos.
"Después de El Príncipe enlacé varias series de éxito. Estaba en un momento dulcísimo, pero en esas, falleció mi padre, el hombre que yo hubiera querido ser. Y a los dos años, mi madre, tras mucho sufrimiento. Sé que es ley de vida, que no soy el único, que le pasa a todo el mundo, pero se me juntó el duelo con la pandemia, con que me falló un proyecto en Netflix en el que me había volcado, y toqué fondo. Pasé un infierno. Es como si alguien hubiera dicho: te va bien, ok, ahora vas a pagar tu peaje", dice el actor.
Tras estos años de ausencia, el cubano de 38 años estrena el próximo mes de octubre el papel protagonista en El Cuarto Pasajero, película de Álex de la Iglesia.
"Sé que mi belleza ha sido mi visado"
Su belleza le ha abierto muchas puertas. Es consciente de su privilegio, pero tampoco buscaba el éxito desesperadamente. Durante su infancia en Cuba despuntaba en el tenis. "He estudiado siempre con beca y los premios de tenis ni las becas me las daban por guapo", reivindica.
Fue una profesora de Literatura la primera que le habló del arte de La Habana y sus posibilidades en una carrera como modelo que más tarde recalaría en la interpretación. "Siempre quise ser actor aunque no lo supiera", explica antes de confesar que en ocasiones se ha sentido un "señor-florero".
"Cuando pasa, pongo el piloto automático. ¿Tú no me valoras, yo tampoco", manifiesta. No está dispuesto a agachar a cabeza por sus virtudes físicas. "Sé que mi belleza ha sido mi visado. No me quejo, pero tampoco voy a pedir perdón", asegura.