Crean una lista para describir los comportamientos más odiosos de los clientes en Starbucks
Seguramente alguna vez hayas pisado un Starbucks y estás familiarizado con su funcionamiento. Si eres de estas personas, atento a la siguiente lista. Una barista de la compañía americana ha enumerado las conductas aborrecibles más usuales de sus clientes, no sabemos si para concienciar o simplemente para resaltar algo que no le gusta tal y como lo harían los consumidores. ¿Habrás protagonizado alguno de estos comportamientos?
Los clientes siempre tienen la razón. Sí. Los clientes muchas veces no piensan en los trabajadores o incluso en los otros clientes que comparten un interés común. También. Es por eso que trabajar delante del público no es fácil. Siempre se tiene que dar lo mejor de uno mismo para contentar al consumidor e intentar que su experiencia sea la más agradable posible. Pero a veces es imposible.
Seguramente esta camarera (o barista como lo llaman los de Starbucks) ha pasado por varias situaciones que le han hecho cuestionar la educación de sus clientes y han puesto a prueba su paciencia. Puede que las personas que han pasado por allí hayan sentido lo mismo hacia ella. Quién sabe. La cuestión es que la empleada ha decidido hacer pública sus sensaciones creando una lista con los comportamientos que más molestan a todos sus compañeros. Si te gustaría mejorar como cliente, toma nota para la próxima.
Coger la bebida sin escuchar el nombre ni mirar qué es
Los trabajadores preguntan el nombre cuando cobran y, además, cuando entregan la bebida gritan también lo qué es. Aun así, no hay manera. Algunas personas no les gusta esperar y están tan ansiosas por ingerir lo que han comprado que deciden coger lo primero que ven sin fijarse si es lo suyo. Y después lo devuelven alegando que no habían prestado atención. Se pierde una bebida y un tiempo preciado si hay mucha gente esperando por tener que rehacerla.
No especificar el tamaño y tener prisa
Vale, la empleada admite que este podría no considerarse un comportamiento odioso, pero es esencial que los trabajadores de Starbucks sepan qué medida quieren los clientes para empezar con todo el proceso. Si no se dice el tamaño, el camarero no puede apuntar la bebida ni pasársela a los compañeros que están preparados para prepararla rápidamente. Este no sería un problema si no fuera porque la gente siempre va con prisas. Prisas por pagar, prisas por tener la bebida en las manos, prisas por terminársela. Muchos clientes tienen la tarjeta o el billete preparado desde que llegan a la caja y miran mal al barista si no les cobra rápido.
Tirar el vaso medio lleno a la basura
Es increíble cantidad de cosas que se desperdician. Un latte casi sin consumir, un frapuccino lleno sin la nata… ¡No se salvan ni la bollería ni los bocadillos! Si algo no te gusta, los baristas de Starbucks lo cambian sin problema. Así que no seas tímido y pide un cambio si algo no te convence.
Confundir el capuccino con el frapuccino y culpar al camarero
Sabemos que el término frapuccino está importado del inglés y que no existe en nuestro vocabulario, aunque si se leyera la carta se vería que el capuccino es caliente y el otro frío. No pasa nada si el cliente se equivoca, aunque no reconocer el error uno mismo y querer inculpar el trabajador es lo que hace culpable al consumidor. Recordad que el empleado no es el que decide las normas de la empresa.
“Lo quería con leche de soja”
O de avena, o sin lactosa… La cuestión es que lo quería diferente y al cliente se le olvidó pedirlo en la caja. Puede ser un despiste muy habitual, pero después el cliente debe ser consciente que la bebida va a tardar más en llegar porque se tendrá que repetir, que los demás clientes sufrirán las consecuencias porque eso ha parado la cadena de producción y que, a veces, deberán pagar un sobrecoste después de pasar por caja. Porque al pedirlo se lo habrían cobrado por una leche que no fuera la estándar o por añadirle nata a una bebida que no lleva, o por ponerle el doble de sirope… ¡o por un extra como en cualquier otra tienda! Al pedir el cambio siempre se tiene que ser consciente de las consecuencias y no enfadarse por cambios inesperados que puedan surgir.
Pedir mientras miras al teléfono
A veces estamos más pendientes del teléfono de lo que realmente importa: ser educados. No es cuestión de sonreír todo el rato al barista, pero sí que estaría bien un poco de atención e interacción por parte del cliente.
Pedir en caja sin llevar dinero
Eso es una de esas cosas que los baristas no entienden. Cuando vas a pedir en caja, tienes que ser consciente que lo que vas a comprar tiene un precio que debes pagar. Pues hay gente que no lo ve importante y, al ver lo que cuesta, se va corriendo a buscar el dinero que tiene su pareja, su padre, su madre o su amigo que, casualmente, está muy lejos. Esto conlleva que el trabajador pase un mal rato, porque el camarero no puede cobrar a los demás y la cola aumenta, con lo que los otros clientes se impacientan y ponen caras largas.