'Expediente Bertus'

Bertus: "VerónicaVerónicaVerónica es de mi colegio"

El colaborador de Cuerpos especiales ha explicado el origen de la famosa leyenda urbana de los años 90, ahondando en los detalles familiares que dieron lugar a tan maléfica historia, y su transformación en El Fantasma de las Bragas Sucias tras años de dedicación homicida.

Expediente Bertus trae la historia del fantasma de San Ginés, el fantasma de Madrid

Bertus en Cuerpos especiales

Europa FM

Madrid11/06/2024 10:46

El efecto paranormal-demoníaco-extraordinario de este Expediente Bertus nos ha remontado a los años 90, cuando la leyenda urbana de Verónica atemorizada a adolescentes de todo el país.

Menos mal que el colaborador de Cuerpos especiales es un especialista, nunca mejor dicho, en la materia para explicar su verdadero origen. “VerónicaVerónicaVerónica es de mi colegio”, ha explicado a unos atónitos Eva Soriano y Nacho García.

Una historia con origen en la anhelada descendencia del bedel del centro escolar y su esposa, un edificio construido sobre un antiguo cementerio, que hicieron un pacto con el Diablo, a falta de clínicas de reproducción asistida, para concebir a su hija Verónica. “Una niña monísima, pizpireta… Te la comías”, como ha explicado Bertus.

Pero en “la edad del pavo” todo pareció torcerse, convirtiéndose en “una muchacha muy contestona”, que decía mucho “joe, macho…”, y con la que sus padres no lograban hacerse. La solución: nuevo pacto con Belcebú y Verónica desaparece.

Sin embargo, y como es normal en cuestiones ocultistas, Verónica no terminó de dejar el mundo terrenal y, en un momento en el que su madre la estaba echando de menos, la terminó mencionando-invocando tres veces mientras se cortaba la uñas. Craso error, ya que como la propia leyenda impone, Verónica se apareció para acabar con su vida con el cortauñas, dando origen a esta maldición.

Tras años de tradición homicida, Verónica “se transformó en El Fantasma de la Bragas Sucias (...) Como Myrtle La Cagona”, ha explicado Bertus, detallando que su principal amenaza era que “se sacaba las bragas, todas cagadas y meadas, y te decía huele y, entonces, te asustaba”.